El aumento de infecciones por coronavirus se ha generalizado en los últimos días en Europa, donde el alcance de las consecuencias sanitarias, económicas y sociales de la pandemia mantiene en alerta a las autoridades de numerosos países.

En Rusia, Alemania, Bélgica, Francia y España el incremento de los contagios no cesa, mientras el Reino Unido sufre devastadores efectos económicos y el Papa apela a superar el individualismo de la sociedad para poder ganarle la batalla a la COVID-19.

Tras el sorprendente anuncio de que Rusia ha registrado la primera vacuna contra la COVID-19, las autoridades informaron este miércoles de que el país suma ya 902.701 casos y 15.260 fallecidos.

En las últimas 24 horas se registraron 129 muertes y 5.102 contagios, que fueron detectados en 84 de las 85 provincias del país, lo que da idea de la gran extensión geográfica de la pandemia.

La comunidad internacional ha acogido con cierto estupor el anuncio del registro de la vacuna rusa -que empezará a administrarse a finales de este mes o principios de septiembre a los grupos de riesgo-, lo que fue criticado este miércoles por el ministro de Sanidad, Mijaíl Murashko, que tachó de "infundadas" las dudas de "nuestros colegas extranjeros".

Uno de ellos, el responsable de Sanidad alemán, Jens Spahn, dejó claro este miércoles que la ve "con mucho escepticismo", entre otras cosas, porque no se ha realizado un estudio clínico sin el cual "puede ser peligroso comenzar a vacunar demasiado pronto a millones, si no a miles de millones de personas".

El Reino Unido ha entrado oficialmente en recesión, por primera vez en más de diez años, tras caer el producto interior bruto (PIB) el 20,4 % entre abril y junio, el segundo trimestre consecutivo de contracción, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).

La contracción en el segundo trimestre es la más importante que se haya registrado jamás, pues todos los sectores sufrieron una caída por el impacto de las medidas de confinamiento dispuestas por el Gobierno para contener la propagación de la COVID-19.

Aunque el PIB aumentó el 8,7 % en el mes de junio, cuando empezaron a suavizarse las medidas de confinamiento, y en mayo registró un ascenso del 2,4 %, en abril retrocedió el 20 %, una caída "récord" para un trimestre provocada por la pandemia, en palabras del responsable de estadísticas de la ONS, Jonathan Athow.

En Alemania, los 1.226 nuevos contagios de las últimas 24 horas suponen la cifra más elevada desde principios de mayo y confirman la tendencia ascendente de la última semana. Spahn la consideró hoy "sin duda preocupante" y subrayó la necesidad de estar "alerta", porque ya no se trata de brotes localizados, sino repartidos por todo el país.

El incremento del 12 por ciento de los contagios en la última semana en Bélgica ha llevado al país a tomar nuevas medidas, como el uso obligatorio de mascarillas desde hoy en Bruselas, cuando los ciudadanos se encuentren en lugares públicos o en recintos privados accesibles al público.

En Francia, "la situación evoluciona en la mala dirección", en palabras del primer ministro, Jean Castex, debido a los nuevos contagios pero, sobre todo, a las elevadas cifras de ingresos hospitalarios, con 5.012 personas ingresadas y 391 en unidades de cuidados intensivos (UCI).

España, el país europeo con más casos, se mantiene por encima de los 1.400 diarios. La complicada situación de regiones como Aragón (448 contagios este martes) inquieta a las autoridades, muy preocupadas también por la alarma lanzada hoy ante las próximas semanas por las principales patronales de las residencias de ancianos, que han pedido medidas más restrictivas para contener el virus: la supresión de las visitas de los familiares y de las salidas de los usuarios.

Ante esta situación, el papa Francisco apeló este miércoles a superar las "patologías sociales" que amenazan a la Humanidad durante la pandemia, como el "individualismo", y aseguró que sin colaboración y sin ayudar a los más débiles "no podremos curar el mundo".

"La pandemia ha resaltado lo vulnerables e interconectados que somos. Si no nos cuidamos entre nosotros, a partir de los últimos, de los más afectados y la creación, no podremos curar el mundo", dijo Francisco, que sigue sin celebrar actos públicos en la plaza de San Pedro para evitar las aglomeraciones de fieles.