Las solicitudes de asilo en la UE han aumentado en 2019 por primera vez en cuatro años, en el pico de la crisis migratoria de 2015 cuando llegaron a las fronteras europeas más de un millón de personas. Durante el año pasado, 714.000 personas iniciaron la petición para conseguir asilo comunitario, un 13% más que en 2018. El repunte se produce en el momento en el que menos inmigrantes llegan al Viejo Continente a través de vías irregulares. ¿La explicación? La mayoría de las personas que solicitaron asilo en suelo europeo contaban con una visa para el espacio Schengen o ya residían en algún Estado miembro. Buena parte de ellos eran ciudadanos latinoamericanos que no entraron a suelo comunitario por vías irregulares, según revela el último informe de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO, por sus siglas en inglés).

Coincidiendo con el empeoramiento de las crisis humanitarias en sus países, sirios (72.000 solicitudes); afganos (60.000); y venezolanos (45.000) fueron las nacionalidades que más asilo solicitaron en 2019 en algún Estado miembro. Los venezolanos duplicaron las demandas con respecto a 2018, cuando registraron 22.000. Las tres nacionalidades representan un 25% de todas las solicitudes recogidas en la Unión Europea durante los últimos doce meses. El repunte en las peticiones de asilo en suelo comunitario se explica en buena parte en el marco del aumento de las solicitudes de personas latinoamericanas, principalmente procedentes de Venezuela, Colombia, El Salvador y Honduras. En respuesta a la tendencia de protestas sociales e inestabilidad en buena parte de las capitales iberoamericanas, muchos nacionales del otro lado del Atlántico multiplicaron sus peticiones para demandar protección internacional. Los colombianos han pasado en un año de ocupar el puesto 17 de la lista a ser los quintos triplicando las solicitudes con respecto a 2018. Y su tasa de aprobación se sitúa en un 7%, la más baja de los últimos cinco años. Hondureños, nicaragüenses y peruanos también multiplicaron por dos sus registros.

Sin embargo, mientras las solicitudes de venezolanos aumentan, el ratio de concesión de asilo disminuye. En 2019, solo un 5% obtuvo el asilo, lo que representa un 18% menos que el año anterior. Con ello, son 44.000 las peticiones que están todavía bajo revisión, la gran mayoría en España. Eso sí, los datos no incluyen las estancias aprobadas por razones humanitarias, que son concedidas por la mayoría de las capitales de forma automática.

Burocracia En esta línea, una de las lacras de las personas que buscan protección internacional sigue siendo los largos procesos burocráticos. Aunque una de cada tres de asilo fue aprobada -principalmente para ciudadanos sirios (85%), yemeníes (82%) y eritreos (81%)-, 2019 cerró con más de 900.000 casos sin resolver, la mayoría todavía en tribunales de primera instancia. El ratio más bajo de aprobación lo mantienen ciudadanos de Macedonia del Norte y Moldavia con una tasa de aproximadamente un 1%. El informe revela también que una de cada diez aplicaciones fueron iniciadas por personas que ya habían recibido con anterioridad una respuesta negativa por parte de alguna capital europea. Los ciudadanos de los Balcanes Occidentales han sido quienes más han recurrido a esta práctica. Otro dato revelador es que el 3% de las 714.000 solicitudes fue iniciada por menores no acompañados.

Entretanto, el número de personas que han atravesado las fronteras de la UE a través de vías irregulares registró en 2019 a su punto mínimo de los últimos seis años.