La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a un individuo a 12 años por abusar sexualmente de una mujer a la que drogó y retuvo en su casa de Bilbao dos días en septiembre de 2019. Por estos hechos, se le impone una pena de 7 años de prisión, como autor de un delito de abuso sexual con acceso carnal sobre persona cuya voluntad se encontraba anulada por el suministro de alcohol y otras sustancias, y otros 5 años de cárcel, como autor de un delito de detención ilegal.

Además, en concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a su víctima con 25.000 euros en concepto de daño moral. Durante los seis años posteriores al cumplimiento de la pena de prisión, al condenado -que permanece en prisión provisional desde del 24 de septiembre de 2019- se le impondrá la medida de libertad vigilada, con obligación de participar en programas formativos de educación sexual.

La sentencia considera probado que sobre las 22.00 horas del 20 de septiembre de 2019, la víctima accedió voluntariamente, después de encontrarse en un salón de juegos de Bilbao, -donde se habían conocido el día anterior-, al domicilio de un hombre, natural de Georgia, en situación irregular en España pero con arraigo familiar y con antecedentes penales, no computables a efectos de reincidencia.

Una vez en el domicilio del acusado, éste sirvió vino blanco con una sustancia no determinada a la mujer, quien perdió su consciencia hasta el mediodía del día siguiente, momento en que el acusado le dio vino blanco de nuevo, lo que sumió otra vez a ésta en un estado de sopor y debilidad que se prolongó hasta el domingo a mediodía, lo que le impedía abandonar la vivienda, a pesar de haber manifestado al acusado su deseo de abandonar la casa.

LLAMADA DE LA VÍCTIMA

Desde la llegada de la mujer a la vivienda y hasta las 20.00 horas del día siguiente, el condenado mantuvo relaciones sexuales con su víctima, al menos en una ocasión, sin el consentimiento niconocimiento de ésta, debido al estado que presentaba.

Hacia las 20.00 horas del día 21 de septiembre de 2019, en un momento en que la víctima se encontraba algo lúcida y tuvo a su alcance el teléfono móvil del acusado, se puso en contacto con su hermano,-residente en Brasil-, a quien remitió fotografías del interior de la estancia y de sus propias piernas desnudas, cubiertas con una toalla ensangrentada, contándole su situación.

El hermano de la mujer se puso en contacto con las amigas de su hermana en Bilbao y con la antigua pareja de ésta. El acusado envió a este último un mensaje hacia las 21.30 horas de ese mismo día en elque le decía que no se preocupara, que la llevaría "sana y salva a su casa, y que la había visto sola y para que nadie se aprovechara de ella, la había llevado a su casa".

Las amigas de la víctima trataron de ponerse en contacto con ella durante esa tarde-noche del sábado en numerosas ocasiones. En algún momento, la víctima, por mensajes, audios y llamadas, les trasmitió que "se quería ir a casa (con sollozos), que el acusado no le dejaba, y que buscaran a la Ertzaintza porque no quería estar más allí, al tener miedo".

Finalmente, hacia el mediodía del 22 de septiembre de 2019, el acusado señaló a una amiga de la víctima que a las 13.45 horas de ese día llevaría a ésta a un lugar de Bilbao. Para ello, condujo a la víctima al cuarto de baño, donde la duchó y la vistió con ropa de su madre.

A la hora convenida, el acusado entregó a la mujer a sus amigas. En el posterior análisis de sangre y orina sobre muestras extraídas la tarde de ese mismo día, se hallaron en el cuerpo de la mujer 0,68 gramos de alcohol por litro de sangre, 50 mg de Nordiazepatn por litro de sangre y THC.

Tras la correspondiente denuncia y detención del sospechoso, el Juzgado de Instrucción número 6 de Bilbao decretó su ingreso en prisión comunicada y sin fianza, situación que persistía a la fecha del juicio oral.