El 20% de las víctimas de acoso escolar y el 16,8% de los agresores de Secundaria ha intentado quitarse la vida, según un estudio presentado ayer jueves, que cifra en un 6,2% el alumnado de 9 a 15 años que sufre este maltrato y en un 2,1% los que son acosadores, casi 220.000 víctimas y unos 74.000 “matones”.

Son conclusiones de uno de los trabajos de investigación más exhaustivos que se han realizado en el Estado sobre esta cuestión, basándose en las respuestas de 20.622 estudiantes de cuarto de Primaria hasta cuarto de Secundaria de 325 centros educativos de las 17 autonomías, el 61,5% públicos y el 38,5% concertados/privados.

Es la primera vez que un estudio “con una representatividad (muestral) tan grande” interroga por los intentos de suicidio, destacó en rueda de prensa la directora del estudio, María José Díaz-Aguado, de la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

El porcentaje de quienes responden que alguna vez en su vida ha intentado suicidarse es aún mayor entre quienes ejercen ciberacoso: el 21,1% de las víctimas y el 24,9% de los acosadores. “Estos hallazgos subrayan la urgente necesidad de intervenir desde las escuelas en la prevención del suicidio, poniendo especial énfasis en ayudar a las víctimas de violencia y abordar las dificultades socioemocionales de quienes acosan para garantizar el bienestar de todos los estudiantes”, explicó Díaz-Aguado.

Los resultados del informe reflejan que, de promedio, hay casi dos víctimas por aula y un acosador cada dos (estimando 28 alumnos por clase). Se define como acoso cuando una persona lo padece o ejerce dos, tres o más veces al mes durante los dos últimos meses.

Por otro lado, el porcentaje de quienes reconocen haberse hecho daño físico intencionadamente en los dos últimos meses es del 14,8% entre las víctimas y del 27,3% entre los acosadores. Según Díaz-Aguado, trabajar en el centro educativo contra el acoso se ha demostrado como “una vacuna” eficaz contra el ejercicio de esta violencia y ha pedido “empoderar” al profesorado, reconocer su tarea y proporcionarle más recursos.

Víctimas y acosadores

Hay más estudiantes que se reconocen como víctimas en Primaria que en Secundaria; en el primer caso un 7,6% y en el segundo un 5,3%. Conforme avanzan los cursos disminuye la cifra de víctimas, pasando de un 9,2% en cuarto de Primaria a un 3,8% en cuarto de Secundaria.

En cuanto a la prevalencia de acosadores entre Primaria (1,9%) y Secundaria (2,1%) no hay una gran diferencia, pero el porcentaje de chicos que se reconoce como acosador (2,6%) es casi el doble que el de chicas (1,4%), lo que los investigadores relacionan con la educación sexista, que asocia dominio/violencia con la masculinidad.

Por otro lado, el estudio define como “significativo” el incremento de acosadores al llegar a primero de Secundaria (2,2%) y detecta una diferente evolución de su prevalencia a partir de tercero de ESO, aumentando entre los chicos y disminuyendo entre las chicas, lo que refleja “la necesidad de adoptar una perspectiva de género en la evaluación y prevención del acoso”.

El apunte

Lugares. En cuanto a los lugares donde se producen estas situaciones, más de la mitad se lleva a cabo en el patio (57,8%) seguido del aula (34,3%). Después hay otras ubicaciones, como el gimnasio o la clase de educación física, el comedor, los aseos y el autobús. En Secundaria, la orientación sexual y de género influye significativamente en el riesgo de acoso escolar: alrededor del 10,7% de los estudiantes que pertenecen a la comunidad LGTBIQ se declaran víctimas de ‘bullying’. Respecto a 2010 las víctimas han disminuido un 24% y los agresores un 50%.