El histórico dirigente de Comisiones Obreras de Euskadi David Morín ha fallecido este domingo en el hospital bilbaíno de Basurto a los 94 años de edad.

Según ha informado la central sindical en un comunicado, Morín fue uno de los cinco fundadores en 1963 de la primera Comisión Obrera Provincial de Bizkaia.

La secretaria general de CCOO de Euskadi, Loli García, ha destacado que Morín "siempre estuvo al lado de la justicia social y fue una persona clave para traer la democracia y las libertades". "Es necesario un reconocimiento para quienes, como David, lucharon toda la vida por hacer una sociedad más justa, más libre y para que los y las trabajadoras tuvieran derechos, libertades y justicia social", ha añadido.

Nacido en 1928 en Romo (Getxo), Morín vivió la Guerra Civil y tuvo que abandonar Bizkaia. Como muchas personas de su generación comenzó a trabajar muy joven, viviendo la huelga de 1947 en una de sus primeras empresas, la Delta.

De este modo, comenzó poco a poco a participar en los movimientos clandestinos y militó en el Partido Comunista. Siendo trabajador de Beltrán y Casado participó en movilizaciones por demandas ligadas a la ropa de trabajo.

La represión sufrida en la huelga de 1962 le llevó a responder "de la manera más activa posible" y un año después, tras una asamblea en la Iglesia de La Aneja en Uribarri (Bilbao) fue elegido como uno de los cinco miembros de la primera Comisión Obrera provincial de Bizkaia.

Morín también pasó por prisión. Su primera detención fue en 1964 con motivo del Primero de Mayo y la primera de sus condenas por el Tribunal de Orden Publico por ser miembro de la Comisión Obrera Provincial, siendo condenado a prisión.

Además, participó en el movimiento de solidaridad con las personas trabajadoras de Laminados en Frío de Etxebarri, Bandas, la que fue la huelga más larga del franquismo. Esta participación activa le supuso, en primera instancia, ser deportado a Ayamonte (Huelva) y a ser condenado a pena de prisión junto con otros compañeros.

Pasó cerca de cinco años por un periplo de cárceles entre Basauri, Larrinaga, Burgos, Carabanchel, Córdoba, Sevilla, Huelva, Zaragoza y Soria. Su militancia activa también le llevo a pasar una temporada exiliado en Francia.

El 11 de julio de 1976 fue una de las personas que participó en la Asamblea de Barcelona, clave para el futuro de las Comisiones Obreras. En el primer Congreso de Comisiones Obreras de Euskadi (abril 1978) pasó a ser miembro de su primera ejecutiva, siendo elegido como secretario general de Bizkaia.