Que vea los celos como amor, que te pida las contraseñas del móvil, que insista en borrar una foto de redes sociales porque no le gusta cómo vas vestida... son algunos de los comportamientos normalizados por los adolescentes.

Así lo asegura la experta de la UPV/EHU Joana Jaureguizar, que incide en que son los más jóvenes los más vulnerables de sufrir ese tipo de violencia. Y los datos lo avalan: el 60% de los adolescentes en Euskadi ha sufrido acoso on lineEl término ciberviolencia no es nuevo, pero el foco en este tipo de agresiones, acoso... cada vez es mayor. Noticias como la difusión masiva de vídeos privados como el de Santi Millán, o la trama de la serie Intimidad Intimidades fiel reflejo de la fina línea que separa la privacidad tras la pantalla.

La ciberviolencia es cada vez más frecuente en el colectivo de adolescentes y no se limita a controlar a la pareja, sino que se compone de un conjunto de acciones repetidas dirigidas a hacer daño a la otra persona. Además, estas acciones no tienen un límite temporal, ya que continúan una vez finalizada la relación. Cuando hablamos de ciberviolencia, la experta de la UPV Joana Jaureguizar distingue dos vertientes. Por un lado, conductas más directas como amenazar por redes sociales con publicar fotos en las redes o expandir rumores falsos, chantajear, subir fotos inapropiadas...

Y, por otro lado, aspectos más sutiles como el control. Y esto lo tienen "más normalizado", asegura. Miran constantemente lo que sube a redes sociales, qué amistades tiene, bloquear a amigos porque no les gusta... o que la pareja te pida las contraseñas. Son los comportamientos que ha tenido la ocasión de ver en primera persona, ya que Jaureguizar, junto a un equipo conformado por seis psicólogas y dos educadores de la UPV/EHU ha puesto en marcha un programa piloto en institutos para prevenir la ciberviolencia en la pareja.

Para ello, han acudido a tres centros escolares de la CAV, y han realizado 12 sesiones en los que han abordado distintos contenidos. Desde trabajar autoestima y emociones, hasta aspectos relacionados con la pareja, mitos del amor romántico y aspectos más "ciber", el cual define como "el más innovador" del programa que han puesto en marcha.

El objetivo es claro: que detecten los riesgos de internet. Hacerles entender que no pueden compartir las contraseñas, no se pueden subir fotos con geolocalización porque te expones mucho... "y que entiendan qué es la ciberviolencia, y que el control no es amor", apunta la investigadora.

comportamientos normalizados

Y es que como expone la profesora universitaria "ellos normalizan cosas como los celos y el control diciendo que es que se preocupan por ti". En cuanto a si hay diferencias entre chicos y chichas, Jaureguizar apunta a que es algo normalizado en ambos sexos. "De hecho, el perfil de víctima y agresora ocurren a la vez, lo recibo pero también lo hago. Es bastante habitual, es lo que ellos llaman relaciones tóxicas", apunta. Es precisamente en lo que ha incidido el equipo liderado por Jaureguizar. "Hemos tratado de que abran los ojos con este programa, para que se den cuenta de los riesgos. Que sean conscientes de que lo que se sube a internet queda ahí y es difícil controlarlo. Puede parecerles que no es para tanto, pero sí lo es".

De hecho, es ese el mayor problema que señala la experta: "El riesgo del ciberabuso en la pareja es que se perciben esos comportamientos como inocuos o están normalizados", y además son frecuentes entre adolescentes "y hay que tener en cuenta las edades, tienen menos recursos y les importa mucho el qué dirán o la influencia social. A ellos les afecta mucho más".

Asimismo, Jaureguizar expone que la violencia en redes sociales aumenta la victimización: "Por mucho que la persona que subió las fotos a las redes sociales se arrepienta más adelante, no hay nada que hacer porque las fotos ya están subidas". Por ese motivo, apunta que "hay mayor riesgo. Estamos expuestos incluso aunque la relación haya terminado. Es un daño que la persona afectada seguirá sufriendo, porque las fotos están y seguirán estando ahí".

Extender el programa

Así, tras haber estado a lo largo de este pasado curso en los tres institutos vascos, el último paso es recoger los resultados definitivos del programa piloto que ha puesto en marcha el equipo de la UPV/EHU. "Una vez los tengamos, la idea sería difundirlo de forma extensa y formar al profesorado para que se aplique en los centros y llegue a más chavales", subraya Jaureguizar.

Y es que recuerda que se trata de prevención, por eso se ha aplicado en segundo y tercero de la ESO. "A simple vista podría parecer demasiado pronto, pero es ahí cuando empiezan con sus primeras relaciones de pareja, y cuanto antes empecemos mejor, para que no se cronifiquen estas malas prácticas. Sería interesante que formara parte de la educación que se da en los centros escolares", zanja.

EN CORTO

Tres centros

en la cav. El programa piloto presentado por la UPV/EHU se ha puesto en marcha en tres institutos de la CAV, con adolescentes de segundo y tercero de la ESO para prevenir que comportamientos como el control sobre la pareja no se cronifiquen. El objetivo es extenderlo a más centros.

Estereotipos

de género. La investigadora Joana Jaureguizar asegura que aunque los adolescentes "se saben la teoría" en cuanto a los estereotipos de género, "les cuesta identificarlos en la vida real". Además, insiste en que siguen pensando que los celos son una muestra de amor.

Sin diferencias

entre chicos y chicas. El grupo de investigación de la UPV no ha encontrado diferencias entre los comportamientos de chicos y chicas en la relación de pareja. "El que lo recibe también lo hace. Es lo que llaman relaciones tóxicas", explica la experta de la UPV/EHU Joana Jaureguizar.

Septiembre

Otro centro. Será a la vuelta de verano cuando el grupo de investigación conformado por seis psicólogas y dos educadoras PSIDES recopile los últimos datos en otro centro, y a partir de ahí la intención es que este programa piloto eche finalmente a andar. En total han realizado doce sesiones en cada centro escolar con los menores de la ESO. A partir de ahí será cuando extiendan a más centros el programa.

"El perfil de víctima y agresora ocurren a la vez, es bastante habitual. Es lo que ellos llaman relación tóxica"

"Queremos concienciar a los jóvenes para que esos comportamientos no se cronifiquen"

Investigadora de la UPV/EHU