¿Es lo mismo nacer hombre o mujer en pleno Siglo XXI? Las nuevas generaciones vascas lo tienen claro: no. Y es que a pesar del avance en la sociedad, el machismo continúa siendo una lacra que condiciona la vida de las mujeres. Así se lo han transmitido siete jóvenes de los tres territorios a la consejera de Igualdad Beatriz Artolazabal en un encuentro organizado por este periódico.

Tras el boom del feminismo en el 2018, la sociedad comenzó a poner el foco en la Igualdad y los derechos de las mujeres. Sin embargo, tras este punto de inflexión, ¿se han conseguido dar pasos adelante o se ha estancado la consecución de derechos?

Representantes del presente y el futuro, como ellas mismas se auto denominan, muestran sus inquietudes en pleno año 2022 a la primera consejera de Igualdad del Gobierno vasco que comienza escuchando frente a frente las problemáticas que ponen sobre la mesa. "¿Me queréis decir que estamos retrocediendo en lo que pensábamos que habíamos avanzado?", pregunta Artolazabal. Aunque las protagonistas subrayan que no es así, sí que hacen hincapié en que no se está avanzando a la velocidad en la que se hacía antes.

De hecho, inciden en que son los niños mas pequeños "los que más están creciendo en este machismo". Así lo asegura la joven de 16 años residente en Gasteiz Danna Rueda. En la misma línea se pronuncia Samiya Bahali, que incide en que son muchos los comentarios machistas que se escuchan en clase, a lo que Kunda Cisse añade: "Simplemente, los maquillan con humor".

Por eso, todas coinciden en pedir a Artolazabal incidir en la educación, la herramienta necesaria para combatir este retroceso o estancamiento. Además, ponen el foco en las redes sociales, que evocan un estereotipo de la mujer "que es irreal". Precisamente es ese el lema de la campaña de Emakunde. "Querer mantener toda la vida esos cánones de belleza de cuando tenias 15 años es contranatural. Ni las propias modelos de las revistas son así, son con photoshop", expone Artolazabal.

"Hacen pensar que todas tenemos que ser guapas y con buen tipo", comparte la lemoatarra Irati Intxaurraga. ¿Esos ejemplos tóxicos se hacen referente para mujeres y algunos hombres?, pregunta la consejera, a lo que Intxaurraga contesta rotundamente: "sí, sobre todo adolescentes que son más vulnerables".

Aitana Agirre, de Donostia, por su parte, asegura que hay dos extremos que se siguen. Por un lado, las chicas que quieren imitar los ejemplos antes citados, y por otro las que parece que tienes que ser la mejor para llegar a algo. "¿Cuantos grupos masculinos de música mediocres hay y cuantos femeninos?", pregunta.

Techos de cristal, maternidad, violencia de género... son otros de los temas que protagonizan el encuentro de las jóvenes con la consejera. Como exponen, hoy en día todavía se sigue preguntando en las entrevistas de trabajo si quieres ser madre. Asimismo, Bahali critica que se da por hecho la maternidad de todas. "Soy joven pero tengo claro que no quiero ser madre". Sin embargo, cuando exterioriza ese sentimiento denuncia que siempre le responden: "Bueno, todavía tienes tiempo. A ellos sin embargo les dan por bueno y les respetan que quieran centrarse en sus carreras".

Por otro lado, la mungiatarra Alazne Mendibil denuncia que "es injusto que te tengan que decir cuidado cuando vuelves sola a casa por el mero hecho de ser mujer", a lo que las más jóvenes añaden que siempre se mandan un WhatsApp entre ellas al llegar a casa cuando salen de noche. Y es que no son aislados los casos de abusos o acoso que sufren las mujeres.

De hecho, Rueda narra como en una ocasión al volver del gimnasio de noche tuvo que correr porque le perseguía un hombre. "Cuando se lo conté a una amiga le quitó importancia porque a ella le han pasado cosas peores", critica. Y es que denuncian que son situaciones que se han normalizado.

Un paso al frente

El síndrome del impostor es un concepto que se repite en varias ocasiones en el círculo que rodea a la Consejera. Y es que como comparten todas, es algo intrínseco, una lacra fomentada por la sociedad machista. Aitana Agirre explica que en multitud de ocasiones en las que ha acudido a debates, ella ha sido la única mujer participante. "Y cuando hay mujeres y hombres los que mas hablan, y no precisamente con los mejores argumentos, son los hombres. A nosotras nos cuesta tomar la palabra porque creemos que si está hablando es que tiene algo que decir, y no siempre es así", subraya.

En la misma línea se pronuncia Palmira Dual, que expone un caso que ocurrió en una clase de euskera en el colegio donde trabajaba. "Algunos tenían el papel para ser machista, y otros feminista. A los chicos no les dio ningún pudor estar en el papel de machista, explotaron. Las chicas sin embargo, no decían nada en ningún papel. En el lado feminista había tan solo un chico. ¿Quién fue el portavoz? Efectivamente, él". Como subraya la irundarra, "las clases son un espejo de lo que hay en la sociedad". Es por eso que todas las participantes coinciden en que aunque son las mujeres las que se tienen que empoderar, hay que tratar de tener a los hombres al lado, "no en contra".

¿Cuál sería el sueño de estas jóvenes? "No tener que estar hablando de estas temas con una consejera de Igualdad", zanja Intxaurraga.