Febrero arranca con temperaturas impropias de estas fechas, pero lo hace también con la presión asistencial disparada. La resaca navideña se está prolongando y está dando valor al viejo refrán que advierte que después de la calma llega la tempestad. No en vano, el pasado mes se cerró como el segundo más duro desde el estallido de la pandemia; solo superado por aquel fatídico abril de 2020 en el que predominaban el desconocimiento y la ausencia de medidas de protección. Ahora sin embargo, cuando el conocimiento sobre el tratamiento del covid-19 es mayor y los criterios son claros, el escenario clínico ha empeorado.

Un dato lo corrobora: las personas ingresadas en las UCI de los hospitales vascos se han incrementado en enero un 107,8%, ya que el día 1 había ingresados 77 enfermos en esas unidades y el día 31 la cifra ascendía a 160. Y lejos de mejorar, la situación se mantendrá tensionada durante el presente mes. De hecho, las voces expertas creen que todavía no se ha alcanzado el pico de esta tercera ola y que aún llevará varias semanas aplanar la famosa curva de contagios. En los hospitales hay 632 pacientes en planta que, sumados a los 160 de las UCI, elevan a 792 el número actual de enfermos internados frente a los 323 que había el primer día de este año.

Las previsiones ponen la vista para este hecho -que se antoja clave para la evolución a corto plazo de la presión asistencial- a finales de semana o comienzos de la próxima. Y a partir de ahí confiar en que el actual ritmo de ingresos hospitalarios se vaya ralentizando y, en consecuencia, reducir también el trasvase de enfermos más graves a las Unidades de Cuidados Intensivos que ya están al rojo vivo. Tanto que no se registraba un dato similar desde mediados del pasado abril, en pleno apogeo de aquella primera ola que sorprendió a la ciudadanía y a los sistemas sanitarios. La propia consejera de Salud, Gotzone Sagardui, insistió el lunes en la gravedad del escenario presente y reconoció que este mes será "intenso" en los centros hospitalarios.

Más aún teniendo en cuenta la incidencia creciente de la cepa británica entre los nuevos positivos detectados. El último informe apunta ya a casi un centenar de casos. Un cuadro clínico que preocupa a las autoridades sanitarias debido al mayor poder de transmisión de esta variante del SARS-CoV-2. En Cantabria, por ejemplo, el 35% de los nuevos contagios responden ya a esa cepa. Y en Euskadi, la presencia de esta variante "cada vez es mayor", por lo que "es más importante que nunca prevenir los contagios", subrayó Sagardui.

Sobre todo teniendo en cuenta que la situación en el conjunto de la geografía vasca "es preocupante" con tasas acumulada de positividad en los últimos catorce días "altas" y, según apostilló la consejera, aún "lejos de lo deseado". El sistema asistencial está tensionado, pero en palabras de Sagardui a Onda Vasca, todavía estaría con capacidad para reaccionar ante algún revés inesperado de la pandemia.

"Muy intenso"

De momento, nadie oculta que el horizonte a corto y medio plazo es "complicado" por la confluencia de diversos factores que han intervenido de un modo directo en la transmisión del patógeno: la relajación durante las pasadas navidades, el incumplimiento de la normativa durante los fines de semana y la irrupción de la cepa británica. El pronóstico del Sistema Vasco de Salud es que todo febrero sea "muy intenso" en cuanto a personas contagiadas que deban recibir tratamiento clínico. Eso sí, el protocolo que regula el funcionamiento de las UCI se mantendrá en Fase 3 -hay establecidos hasta cinco niveles de gravedad- debido precisamente a esa capacidad de maniobra que tiene la red asistencial vasca.

Una de las decisiones adoptadas por Osakidetza para afrontar con garantías este nuevo asalto de la pandemia a los hospitales vascos tiene que ver con el retraso de algunas cirugías no urgentes y la suspensión de otras, lo que ha obligado a reorganizar la estructura y esquemas de trabajo de los quirófanos de Cruces, Basurto y el Universitario de Araba. La consejera de Salud admitió este hecho -ya puesto en marcha durante las otras oleadas-, pero argumentó que esa planificación obedece a la conveniencia de "tener más camas UCI" para atender a personas enfermas de covid-19 con complicaciones serias en su salud. Porque los ingresos hospitalarios en planta continúan creciendo y eso significa que parte de esa carga asistencial se trasladará a las UCI. Además, la recuperación del paciente continúa siendo larga y eso repercute en la elevada ocupación de las camas de las unidades especializadas.

La consejera de Salud defendió que el sistema asistencial vasco tiene capacidad de reacción, a pesar de encontrarse en una situación complicada. Y es que, según dijo, Osakidetza trabaja en red, "apoyándose unos centros en otros, lo cual garantiza que siga atendiendo tanto pacientes covid como no covid". No obstante, Sagardui redobló sus llamamientos a la sociedad para que cumpla con las medidas básicas de prevención para cortar la transmisión del virus. "Venimos de semanas con muchos contagios e ingresos en los hospitales vascos, lo cual hace prever un febrero intenso", acabó.

Las vacunas

18.580

Ayer llegaron a Euskadi 18.580 vacunas. La mayoría, 16.380 unidades, llevaban la firma de Pfizer-BionTech que, además, se calcula con seis dosis por cada vial. El resto de inyecciones, 2.200, son de la farmacéutica Moderna.

Los apuntes

Estrategia

La consejera de Salud reconoció ayer que no es fácil hacer una planificación de vacunación ante los cambios de criterio por parte de los laboratorios y problemas de distribución que se están dando en el conjunto del continente europeo. En este sentido, Gotzone Sagardui calificó de "acertada" la hoja de ruta marcada por Euskadi. "Tenemos una estrategia que garantiza que se complete el proceso de inmunización. Aquella persona que haya recibido la primera dosis recibirá la segunda", manifestó.

Preocupación

Además, la consejera de Salud hizo hincapié en la profesionalidad del personal de Osakidetza, que tiene capacidad para vacunar tal y como se ha visto en la campaña de la gripe. "Mi verdadera preocupación sobre la campaña de vacunación es que haya cantidad de dosis suficientes", expresó Sagardui.

"Venimos de semanas con muchos contagios e ingresos, lo cual hace prever un mes intenso"

Consejera de Salud