La entrada en la última fase ha hecho que la hostelería pueda adoptar nuevas medidas para vivir la desescalada de una manera más ligera pero siempre de la mano de la responsabilidad. Entre las nuevas medidas, los bares, restaurantes, las sociedades gastronómicas y los txokos no tendrán límite de aforo (sin sobrepasar el establecido antes de la pandemia) y se permite realizar el servicio en barra siempre y cuando se mantenga la distancia de seguridad de dos metros entre clientes o grupo de clientes. Además, como ya se viene dando en semanas anteriores, se permite utilizar las mesas en el interior y en terraza, mantiendo siempre presente el distanciamiento social.

Uno de los bares que abrió ayer sus puertas fue el Ein Prosit, que subió la persiana tras casi tres meses con sus puertas cerradas. "Todavía nos estamos adaptando", afirma Enrique Thate, uno de los responsables del restaurante alemán del Ensanche. Tal y como explica, no les ha quedado otra que reinventarse y para esta nueva apertura han organizado el interior del bar para que sea lo más cómodo y seguro posible para los clientes y trabajadores. Así, entre otras cosas, han puesto a disposición de los clientes geles desinfectantes que están distribuidos por todo el bar. Además, también han delimitado, con líneas azules, el espacio que cada persona (o grupos de personas) puede utilizar para tomar algo en la barra. Pero no solo eso. En todas las mesas del bar han instalado un código QR para que el cliente pueda acceder, a través del teléfono móvil, a la carta del restaurante. "Entendemos que habrá gente que venga y que no haga uso del teléfono, como pueden ser las personas mayores, en ese caso seremos nosotros los que expliquemos el contenido de la carta, pero las hemos retirado porque consideramos que es algo que todo el mundo suele tocar bastante", relata Thate.

En la misma línea, calcula que unas diez personas puedan estar haciendo uso de la barra. "Teniendo en cuenta que igual vienen en grupo de cuatro personas... la verdad que nosotros tenemos suerte porque tenemos una señora barra", dice entre risas. A pesar de que realizaron ayer la reapertura del bar, lo hicieron algo expectantes. "La mañana ha sido tranquila porque seguro que todavía hay mucha gente que no se ha enterado de que hemos abierto", dice. Aun así, los clientes que entraron ayer por la puerta del Ein Prosit "sí que se adaptan pero hay que estar informándoles de las normas que tenemos", manifiesta. Y añade: "Es complicado porque aunque no haya límite de aforo, se tiene que seguir manteniendo el distanciamiento social y eso ya limita de por sí".

Así, han vuelto con una mentalidad positiva y es por ello que son conscientes de que tienen que aprovechar "todo lo que hay en el local para no invertir demasiado", y es que opinan "que las medidas cambian día a día". Así, "con las inversiones que hemos hecho y con lo que tenemos nos tendremos que adaptar a estos tiempos", dice. Y no queda otra.

Más hosteleros reabren sus bares

El poder hacer uso de las barras de los bares ha dejado en la capital vizcaina una imagen de más movimiento. De hecho, muchos de los bares que todavía no habían subido su persiana desde que se decretó el estado de alarma han esperado para hacerlo en la entrada de la fase 3 de la desescalada. Es el caso de la cafetería Reims, ubicada en Alameda Recalde 42. No dispone de mesas en su interior y en la terraza únicamente instala dos mesas. "Antes era imposible abrir con las condiciones que había", asegura Pepe, uno de los responsables del bar. La mañana de ayer la pasaron bastante tranquila, pero sus clientes habituales volvieron con más ganas si cabe. "Antes de que implantaran el estado de alarma me tomaba todos los días el café con un pintxo de tortilla porque son las mejores que he probado", dijo uno de sus clientes habituales. De hecho, la buena relación que tiene con los dueños del bar ha llevado a que mantengan el contacto durante la cuarentena. "Le he estado llamando para ver qué tal estaban porque el hecho de venir casi a diario nos ha hecho que se haya creado una buena relación", afirma.

Reapertura complicada

En la misma línea, Pepe asegura que la reapertura será tranquila y complicada. "No teníamos otra que abrir cuando Bilbao entrara en la fase 3, y al no tener mucha afluencia la gente sí que ha respetado las distancias porque, además, no han entrado grupos grandes", informa. Aun así, tal y como indica, "mantener la distancia de seguridad es lo más importante". Asume que la reapertura será complicada porque los momentos que están tocando vivir "son complicados".

En la barra

La entrada en la fase 3 permite que los clientes de los bares puedan consumir en la barra del local, siempre y cuando se mantenga la distancia social de dos metros entre los grupos de personas.

El aforo

A pesar de que con la entrada en la última fase de desescalada se pueda entrar en los bares y consumir en la barra, no se permitirá sobrepasar el aforo máximo establecido antes de la pandemia. Aun así, hay que seguir manteniendo la distancia de seguridad entre personas o grupo de personas.

Bares abiertos

3 Muchos locales hosteleros decidieron reabrir ayer coincidiendo con la entrada en la fase 3 de la desescalada. Tal y como explicaron a este periódico, la apertura con las condiciones establecidas en fases anteriores "era inviable" ya que algunos no disponen de mesas en el interior del bar o la terraza la tienen con, por ejemplo, dos mesas.

"No hemos podido abrir antes porque dentro no tenemos mesas y en la terraza solo dos"

Cafetería Reims

"Nos hemos tenido que reinventar y hemos puesto en las mesas el QR para ver la carta"

Ein Prosit