EBRERO vivía su particular tiempo añadido por ser año bisiesto cuando en México se conoció el primer caso de covid-19: un hombre de 35 años llegado a la capital desde Italia con el coronavirus. Pero no fue hasta el 23 de marzo cuando el Consejo de Salubridad General de México reconoció la epidemia en el país como una enfermedad grave de atención prioritaria. "Sinceramente, no pensaba que iba a ser tan grave", reconoce Julen Ruiz de Azua Arruti, el presidente del Centro Vasco de México. Este empresario de 54 años nació en México, pero sus abuelos comenzaron a llegar desde Gernika en 1938.

El confinamiento arrancó el 23 de marzo y la Secretaría de Salud estableció la Jornada Nacional de Sana Distancia, dirigida al sector público, privado y social, cuya finalidad era disminuir el contacto directo de las personas y evitar la propagación del virus: "Dicha jornada incluye medidas como la suspensión temporal de actividades que no sean consideradas como esenciales, suspensión temporal de actividades presenciales en el sistema educativo, la reprogramación de eventos de concentración masiva y el exhorto a la población de confinamiento en sus hogares. Se han lanzado diversas campañas sociales como Quédate en casa y Susana Distancia". Además, algunas autoridades sanitarias estatales implementaron un toque de queda y la suspensión de venta de bebidas alcohólicas. Ante este panorama la directiva del Centro Vasco decidió cerrar sus instalaciones a partir del 17 de marzo. "La decisión fue motivada, principalmente, debido a que se cuenta con un número importante de socios de edad avanzada", explica Ruiz de Azua.

El máximo dirigente de la euskal etxea cree que las autoridades mexicanas reaccionaron demasiado tarde: "Era predecible que tarde o temprano el virus llegaría a nuestro país y a otros países de América. Para contener la pandemia se debieron haber establecido medidas sanitarias más estrictas desde febrero, por ejemplo, en aeropuertos, puertos y fronteras". Y no duda en señalar a un culpable: "El Gobierno de México, particularmente el presidente López Obrador, se ha mostrado siempre escéptico a la pandemia, por lo que toma decisiones erróneas que afectan al país".

En el Centro Vasco de México han estado en continuo contacto con sus socios para comprobar que nadie se veía afectado por la enfermedad. En este tiempo, además, los integrantes de la directiva y algunos socios del Centro Vasco, participaron en un vídeo enviando fotografías con carteles promoviendo la campaña #Quédateencasa, que fue distribuido en las redes sociales y se promovió que los socios colocaran una ikurriña en sus hogares el día de Aberri Eguna y se difundieron fotografías con la frase Zaindu maite duzun hori-Cuida lo que amas.

Estos meses, al igual que en Euskadi, la pandemia ha dejado en México reacciones de todo tipo. Para Julen Ruiz de Azua "algo muy grave es que una parte de la población no cree que la pandemia es real, en especial personas con escasos recursos, por lo que no está adoptando las medidas sanitarias difundidas por el Gobierno". A esto hay que añadir que la realidad en México es muy diferente a Europa: "Una población importante de nuestro país vive al día; es decir, sus ingresos dependen de lo que ganan cada día. Prevalece la economía informal. Por esto, la prioridad de esa gente es trabajar y obtener ingresos para comprar alimentos cada día, sin importarles el riesgo a contagiarse por covid-19". Para colmo de males, "debido a la afectación económica, provocada por el cierre de establecimientos y despidos masivos de trabajadores, se está incrementando la inseguridad. Nos ha sorprendido que se están suscitando cada vez más robos, extorsiones y saqueos".

Por contra, Ruiz de Azua destaca como algo positivo que "la sociedad civil se ha organizado para ayudar a gente más necesitada y personal sanitario, en el suministro de alimentos o utensilios de protección contra el virus, como cubrebocas, guantes y mascarillas".

Las secuelas de esta crisis sanitaria se van a reflejar en la economía. El presidente de la euskal etxea mexicana no es optimista a la hora de pensar en la recuperación: "México es un país que ha sido golpeado por diversas crisis económicas que finalmente hemos superado. Sin embargo, con las acciones que ha tomado el Gobierno actual, sumado a la pandemia, creemos que difícilmente superaremos esta crisis en varios años. Nos encontramos en recesión, situación que propicia un ambiente poco alentador". Ahora la comunidad vasca en México siente "más incertidumbre por el ambiente de inseguridad que por la propia pandemia". Y les preocupa que México "deje de ser atractivo para inversionistas extranjeros".

Fundación. En 1907 surgió el Centro Vasco de México como una Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada. Entre los propósitos establecidos en el acta de constitución de la asociación destaca "estimular el amor al País Vasco y al idioma e historia vascos".

Ubicación. Está en Polanco, una zona ubicada al norte de Ciudad de México. El área es sede de recintos culturales como museos y galerías; empresas, embajadas y negocios de esparcimiento, como restaurantes, tiendas de lujo y centro comerciales. Se caracteriza por su diversidad cultural y ha sido históricamente preferida como zona residencial para descendientes de españoles, judíos o libaneses, entre otros.

187

El registro de socios asciende a 187, sin embargo, la comunidad del Centro Vasco incluye a familiares como hijos, hermanos, sobrinos y amigos.

"México ha sido golpeado por muchas crisis que finalmente siempre ha superado"

Presidente del Centro Vasco de México