El confinamiento está pasando factura a nuestro cuerpo. El teletrabajo, la inactividad, las malas posturas y una práctica deportiva incorrecta han dejado un reguero de patologías como lumbalgias, tendinitis, cervicalgias o roturas fibrilares, entre otras lesiones, que han provocado que, una vez abiertas las clínicas de fisioterapia, haya una creciente demanda de sesiones para aliviar estos problemas. ”Con el encierro se ha perdido algo de musculatura, se está menos ágil y eso provoca que aparezcan dolores de espalda y también a nivel cervical y dorsal”, señala Borja Maza, en cuya clínica de Fisioterapia se han empeñado en trabajar con todas las garantías higiénico-sanitarias posibles.

La falta de movilidad y las posturas incorrectas durante las jornadas de trabajo en remoto pueden derivar en dolencias cervicales y lumbares. “El famoso teletrabajo, que a veces se ejerce con medios poco correctos, también está provocando molestos dolores de cuello y espalda”, señala. Este especialista destaca que el estrés y la ansiedad por la clausura, junto con la falta de ejercicio, han afectado seriamente a algunas personas, generando muchos trastornos. “El estrés es otro factor a tener en cuenta porque pasa factura, o la convivencia familiar que no siempre es fácil. Y la difícil situación laboral, la incertidumbre que genera, la cual afecta al 44% de la población”.

En constante movimiento, e intentando mantener una distancia prudente, en la clínica Maza están trabajando blindados. “Queremos dar seguridad a los pacientes cuando vienen porque tratamos de protegerles mucho”. “Cuando llaman por teléfono, les realizamos una serie de preguntas para comprobar que no tienen síntomas de covid-19. Y se les explica el protocolo. Lo primero es la desinfección de los zapatos, luego el lavado de manos, les tomamos la temperatura, y necesitan mascarilla. En la zona de espera solo hay una o dos personas para minimizar el contacto. En la sala de tratamiento, se realiza la terapia y una vez finalizada, se desinfecta toda la sala minuciosamente”, detalla Borja Maza.

Por eso parecen casi astronautas de la NASA con sus trajes de protección individual, los famosos EPI, que constan de pantalla facial, mascarilla, guantes y bata. “Dentro de la sala de tratamiento, solo se usa material desechable y hemos retirado ciertos elementos que proporcionaban más comodidad como almohadas, o toallas para evitar el contacto”, detalla.

Porque en estas fechas también es normal que acudan personas que se han puesto a correr, o andar en bici y se han lesionado. “Claro, que hay que hacer deporte, pero no tenemos que sobrepasar nuestros límites. Y sobre todo hay que hacerlo de forma gradual para evitar lesiones. Además hay que hacer un poco de seguimiento de nuestro cuerpo. Nos acordamos de la casa, del coche... y a veces nos olvidamos de lo más importante, de nuestra propia carrocería”, advierte.

“La falta de movilidad, las malas posturas y el estrés provocan muchos dolores de cuello y espalda”

Fisioterapeuta