- Junto con los comercios y los bares las peluquerías son los establecimientos cuya apertura más demandaban los y las vizcainas durante los más 50 días de confinamiento. Tanto es así que para muchos se encuentra entre las actividades esenciales porque encontrarse bien con uno mismo es también antídoto contra la depresión, un mal que se ha aliado con el covid-19. Dicho esto, no es de extrañar que la mayoría de las peluquerías tuvieran una lista de citas que deberán atender en los próximos meses, eso sí sujetas a las normas sanitarias que garanticen las condiciones óptimas para desempeñar este trabajo.

En ello estuvo trabajando durante el tiempo de confinamiento Silvia Pereira que en sus tres salones Chic Bilbao ha incorporado todas las medidas para desempeñar su profesión sin que suponga un riesgo ni para sus trabajadoras ni para las clientas. Abrió la persiana de los tres centros que tiene en Bilbao a las nueve y media de la mañana con cinco empleadas y cinco clientas por riguroso orden de lista, pero está claro que va a necesitar mucho tiempo para dar salida a las 1.670 personas que tiene en espera. Hay quien hasta le ha pedido si le podía hacer un justificante de movilidad.

El domingo por la noche cuando todavía las condiciones de apertura estaban casi sin concretarse en el decreto ella ya había recibido otras 150 peticiones de cita.

¿Habrá quien incluso le habrá intentado chantajear para que le coja antes?, le pregunto y responde sin titubear. Sí. Pero no ha había tratos de favor, asegura. En Chic Bilbao valió aquello de que los últimos serán los primeros, así que las primeras clientas de la mañana fueron las últimas del mes de marzo que se quedaron sin servicio debido al estado de alarma. Las cosas cambiaron en las peluquerías y todavía no saben cómo repercutirá en el negocio. De momento ha ampliado los horarios para poder atender a todas sus clientas y además incorporar a sus 25 empleadas. Los lunes ahora se abren y también los sábados por la tarde.

Silvia Pereira compró mamparas de separación que aíslan a las clientas, se ha habilitado una zona de entrada y otra de salida y es preciso calzarse unos patucos parecidos a los quirúrgicos antes de acceder a la zona del lavacabezas. En total se ha provisto de 1.000 unidades de material.

Con estas condiciones las clientes están más que tranquilas. “Tengo plena confianza porque Silvia se ha preocupado de tomar todas las medidas”, cuenta Eguzkiñe que tenía cita el 17 de marzo y como tuvo que anularse, por suerte fue una de las primeras en poder ser atendida.

Unas más que otras pero la lista de espera en las peluquerías no falla aunque no todas han podido conseguir todavía el material de usar y tirar necesario ni han sofisticado tanto las condiciones. “Nosotras hemos puesto gel y guardamos la distancia pero es una peluquería pequeña y no podemos hacer grandes inversiones”, señalaba Ana.

También los centros de manicura y pedicura abrieron ayer sus puertas . En el centro Viet Nam, de Licencia Poza atendido por Loan y Tom tampoco les falta trabajo aunque no han tenido una gran demanda, según dicen. Begoña se ha hecho por su cuenta el test del coronavirus y ha dado negativo así que está tranquila y con ganas de recuperar la normalidad. Aprovecha que ha encontrado hora en este centro para hacer la pedicura y la manicura y asegura que no tiene ningún temor. “Una pantalla nos separa, además de las mascarillas y aunque el contacto es directo en este caso antes y después de cada servicio cliente y profesional nos desinfectamos con hidrogel así que no tiene por qué pasar nada”, dice convencida.

Lo mismo piensa Carmen, de Cantabria, pero confinada en Bilbao, “no podemos tomar más medidas que estas”.

“Durante el confinamiento he estado preparando las medidas del regreso”

Salones de peluquería Chic Bilbao

“No me ha preocupado las medidas porque tenía confianza en que Silvia tendría todo dispuesto”

Clienta