Donostia - Cinco kilos de angulas, interceptadas en el aeropuerto de Barajas cuando iban a ser exportadas ilegalmente a Asia, fueron robadas de una piscifactoría guipuzcoana en la que aguardaban a ser devueltas a su estado natural en distintos ríos del territorio.

Según confirmaron fuentes del Servicio de Fauna y Flora Silvestre de la Diputación de Gipuzkoa, las angulas desaparecidas formaban parte de una partida de 53 kilos, decomisada el pasado febrero por la Guardia Civil en el aeródromo de Barajas. Esos 53 kilos de angulas fueron recibidos el pasado 14 de febrero por técnicos forales que los trasladaron a una piscifactoría de Irun, donde la Diputación desarrolla distintas actuaciones para la repoblación del río Bidasoa con salmones.

En este lugar, cada año son capturados varios salmones salvajes que, tras realizar la freza y fecundación de los huevos en la piscifactoría, son devueltos a la naturaleza antes de que, tras la eclosión, sus crías también sean reintroducidas en el Bidasoa.

Asalto del vivero Entre los pasados 23 y 28 de febrero, desconocidos asaltaron el vivero en cuatro ocasiones en las que, además de con tres salmones, se hicieron con unos cinco kilos de angulas que se encontraban en unas piscinas cubiertas y cerradas con candados.

Tras detectar las sustracciones, el Servicio Foral de Fauna y Flora Silvestre interpuso una denuncia ante la Ertzaintza que estableció un dispositivo de vigilancia en torno a la piscifactoría, cuya seguridad también fue reforzada, lo que evitó nuevos robos.

El pasado 28 de febrero, una vez cumplidos los plazos y trámites pertinentes, el resto de las angulas que quedaban en el vivero fueron reintroducidas en distintos ríos de Gipuzkoa en el marco del programa foral de repoblación de la angula en los cauces del territorio.

Este exitoso proyecto, que se desarrolla desde hace dos décadas, se centra principalmente en la cuencas del Oria, aunque también incluye actuaciones en el Deba, el Urola, el Urumea y el Oiartzun.

La intercepción de angulas pescadas ilegalmente se repite con cierta asiduidad en los últimos tiempos en el aeropuerto de Barajas, gracias al incremento de los controles establecidos tras el descenso detectado en la población de anguilas por la pesca ilegal y la pérdida de su hábitat. - Carlos López