BILBAO - Los criterios de carácter técnico son determinantes para que el Gobierno vasco opte por la inclusión del lobo en el Catálogo de Especies Amenazadas. Su incorporación a este vademécum no está libre de los reproches del sector ganadero, pero primó el perfil científico planteado desde el Grupo Lobo Euskadi. Así las cosas, este mamífero carnívoro será considerado como especie de “interés especial”, un grado de protección que se aplica en Euskadi a 89 especies y que obliga a elaborar planes de gestión y seguimiento por parte de las diputaciones que son las competentes en la materia sobre las poblaciones existentes y de su convivencia con el ganado.

Para la adopción de esa decisión fueron analizados distintos informes que constatan que en 2014, cuando se hizo el último censo, el lobo estaba presente en el 17,8% de Euskadi mientras en 2005 ocupaba el 28,7%. Además en 2014 había una manada en Karrantza, mientras que en 2005 se contabilizaron tres, lo que supone una reducción del 66,6%.

La puerta de entrada para esta especie se localiza en la parte más occidental de Bizkaia y de Araba, allá por los años 80. Además de ese pelotón localizado en Karrantza, había constancia de tres ejemplares sueltos en Ordunte y un par más en Armañón.

Desde el Gobierno vasco defendieron el trabajo técnico que permitió determinar ese nivel de protección en función de la realidad de la geografía vasca. La propia Elena Moreno, viceconsejera de Medio Ambiente, reconoció que este mamífero no es una especie amenazada en Euskadi pero sí merecedora de una atención especial.

A priori, esta catalogación no supondrá que la población de lobos crezca o desaparezca. “Lo importante ahora son los trabajos que se van a abordar”, subrayaba. Se refería a la elaboración de un nuevo censo del lobo, ya está licitado el contrato, un informe sobre su evolución y la redacción del plan de gestión de este animal en la CAV. En este sentido, desde el Departamento de Medio Ambiente aclararon que para esta catalogación no se ha hecho un estudio sobre la ganadería extensiva “porque no toca” y que será cuando se aborde la redacción de ese plan de gestión cuando se tendrá que analizar esa cuestión con el objetivo de lograr un equilibrio entre la conservación de este animal y la ganadería. - J. Fernández