Cero emisiones sin catalizador
Dos vizcainos crean un motor ecológico con más potencia y con el que se consume la mitad sin emitir contaminantes
TODO surgió por su pasión a los coches. Fernando Brizuela fue piloto de rally durante “muchos años” y en esa época comenzó a barajar la posibilidad de crear un motor que corriese más que uno usual. “Realmente esta idea la tengo desde que fui a la mili pero cuando aquello se inventaron los turbos, que multiplican mucho la potencia, y la idea la dejé un poco parada”, explicaba a DEIA Brizuela.
Sin embargo, unos años más tarde se dio cuenta de que la idea de crear algo novedoso seguía en su mente y decidió dar el paso cambiando el objetivo. “Quería crear un motor que como fin tuviese el hecho de que contaminara menos”, informa. Y tras varios años de diseños y pruebas ha conseguido crear un motor ecológico. Así, comparándolo con un motor de la misma cilindrada, el de su creación consigue más potencia a la vez que consume la mitad sin emitir ningún contaminante. Este novedoso motor lleva en un vehículo desde hace tres años pero fue en 2012 cuando Brizuela y su socio, Guillermo Lamas, comenzaron manos a la obra. “En 2008 comencé a buscar dinero para crear un nuevo motor pero en todos los sitios recibí una respuesta negativa y por eso decidí invertir mi dinero pero, en vez de crear uno desde cero, modifiqué un motor viejo”, explica. Y añade: “Para demostrar lo que yo he querido demostrar y para ver que realmente no me estaba equivocando me sirvió”.
Así, en lo que al funcionamiento se refiere, el motor ecológico tiene unas geometrías distintas de lo tradicional porque se utilizan dos bielas por cilindro y, además, los gases que convulsionan en el interior cogen mucha más temperatura que en un motor convencional. Por ello uno de los objetivos es que genere más rendimientos. “Por ejemplo, si tu tienes que usar medio litro de gasolina para desplazar 10 toneladas de peso a un sitio, en este caso desplazarías esas 10 toneladas con la mitad de gasolina”, describe. Por eso “sale rentable” porque consumes “bastante menos de la mitad”. En la misma línea, recuerda que durante la fabricación en una de las piezas no pusieron el material adecuado. “Se nos rayaron un poco los cilindros y tuvimos que volver a desmontarlo y fabricar de nuevo esas piezas con un aluminio más funcional para la labor que debía hacer”, rememora.
Vender la patente A día de hoy, uno de sus principales objetivos es poder vender la patente. “Tenemos el prototipo, los datos del banco de potencia y las pruebas de que realmente funciona pero la gente puede pensar que si en una casa oficial con todos los ingenieros que tienen diseñando no han conseguido sacar esto, un mecánico de barrio tampoco puede hacerlo. Pero realmente así ha sido”, opina Lamas.
En la misma línea, estos dos socios prefieren que la patente se quede en Euskal Herria, en el Estado o incluso en Europa pero se han tenido que poner en contacto con Estados Unidos porque en estos lugares no han tenido la acogida esperada. “Lo hemos intentado por aquí todo lo que hemos podido, pero como no hemos tenido respuesta, o la que hemos tenido ha sido negativa, tendremos que buscarlo fuera. Si al final sale, igual luego se tiran de los pelos los de aquí pero realmente no hay otra opción”, explica Lamas. Y concluye: “A nosotros nos interesa que la patente se quede aquí para que el trabajo que se pueda crear a raíz de eso se dé aquí”. Así, aseguran que están dispuestos a ofrecer las ayudas necesarias “por si las instituciones se animan” con el fin de dejar el motor ecológico en casa.
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