Laura Arias: “Amateur es el que ama, y yo amo cocinar y fotografiar”
Ve la vida a través de sus lentes de 35, 50 y 100 mm., y la ve de un modo muy optimista. Por eso se ha convertido en un referente del ‘lifestyle’ en Euskadi
Bilbao -Laura Arias (Bilbao, 1973) empezó con un blog, pero los platos y las elaboraciones desde el principio empezaron a competir con las puestas en escena y las fotos. La llegada de Instagram catapultó a Laura Because que con su receta ha arrastrado a 20.000 seguidores.
En Internet es conocida como Laura Because. Why?
-Aterricé en Instagram cuando tenía el blog de cocina que se llamaba Because (¡porque sí!) y la gente me asociaba con ese nombre.
¿Qué le llevo a escribirlo?
-Empecé el blog porque hacía unos platos que encantaban en casa, sencillos pero riquísimos y muy vistosos. Por muy despistados, preocupados o cansados que llegasen mi marido y mis hijas a la mesa, el plato siempre llamaba su atención. Esto hizo que me apeteciese dar el salto y compartirlo en Internet, principalmente, para ocupar el tiempo que pasaba en casa mientras mis hijas estudiaban.
¿En qué punto está? ¿Lo mantiene?
-El blog está cerrado porque ya no lo actualizaba con regularidad. Tuvo mucho éxito desde su comienzo y enseguida comencé a recibir propuestas de diferentes marcas y agencias de publicidad para hacer fotografías y recetas para campañas publicitarias, venta de productos? Así que poco a poco comencé a dedicar a la foto el tiempo que antes dedicaba al blog, aunque sigo compartiendo algunas recetas en Instagram y en mi web.
¿Hoy son más importantes las recetas? O la fotos?
-En mi caso, están igualadas. Yo llegué a la fotografía a través de mi afición por la cocina y, a la vez, mi afición por la fotografía culinaria me ha llevado a cocinar más y mejor.
Sin embargo, usted no es ni cocinera ni fotógrafa profesional, ¿cómo explica su éxito?
-Yo soy una amateur en ambos terrenos. Amateur es el que ama, y yo amo cocinar y fotografiar, y creo que cuando las cosas se hacen con mimo y de una manera natural tienen recorrido. Busco la belleza en lo cotidiano y la comparto en mis recetas y fotografías. Utilizo composiciones sencillas sacadas de mi propia realidad, y platos e ideas de mi día a día. Creo que la gente se identifica con lo que comparto y percibe el mensaje positivo. Algo reconfortante y muy necesario hoy día, por cierto.
¿Qué le lleva más tiempo, preparar el plato o la foto?
-El plato, sin duda. Rara vez la foto se atasca si el plato está perfecto, y para que lo esté hay un trabajo detrás de mucha cocina que comienza desde el estudio de la receta, una selección concienzuda de producto, y mucha prueba y error antes de llegar a la fotografía. Hay que conocer bien el proceso para que todo esté listo cuando llega el momento del click. Y si al final la fotografía no transmite lo que quiero, lo que veo yo en ese plato, analizo si ha tenido algo que ver con la preparación en sí? ¡Y vuelta a empezar en la cocina!
Componer una foto de comida con tanta calidad no es fácil, denos algún consejo a los aficionados, por favor?
-Dos muy básicos con los que se puede llegar lejos: luz natural suave y que lo que preparemos tenga el mejor de los aspectos. Uno extra: simplificar en los recipientes y accesorios que acompañen la preparación. Van muy bien los tonos neutros: la gama de grises, arenas y blancos hacen que la receta resalte con naturalidad.
También hace encargos de fotografía para clientes puntuales, ¿es usted su peor jefa? O los ha visto peores?
-Soy una jefa exigente. Creo que en fotografía es muy importante la autocrítica porque es la única manera de crear tu propio estilo y poder transmitir. En cuanto a mis clientes: mantengo los mismos desde hace ya unos años y sumo algunos nuevos que se van incorporando. Todos me han contactado porque les gustaba mi estilo y creían que podríamos crear juntos algo interesante. Yo siempre les adelanto que no soy una fotógrafa al uso, que tengo limitado mi tiempo de dedicación y que me tiene que gustar el proyecto que me proponen.
¿Qué plato va a preparar para celebrar el premio?
-Con unos hongos hechos a la plancha con aceite de oliva virgen extra y servidos con unas escamas de sal por encima. Simple, saludable y más delicioso, imposible, ¿no? Estamos en temporada y hay que aprovechar, que es corta.
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