Bilbao - Solo una de cada cuatro personas con discapacidad trabaja en la actualidad. Un dato que deja al descubierto un gran reto para empresas, administraciones públicas, asociaciones, instituciones y sociedad en general: lograr la mejora de la empleabilidad entre el colectivo. Precisamente, a analizar estas claves se dedicó ayer la IV Jornada BBK sobre Discapacidad y Enfermedad en la que participaron expertos de la entidad, Ehlabe, Foro ECA Lantegi Batuak, Gorabide, Centro San Viator, Fundación Argia, Lanbide o la Diputación de Bizkaia, así como personas con discapacidad.

La jornada dejó al descubierto otras cifras, como que el colectivo sufre una tasa de desempleo en Euskadi del 15,9%, muy por encima de la tasa general aunque es casi la mitad de la que se da en el Estado, donde se sitúa en el 31%, según datos del Observatorio Odismet (Fundación ONCE), lo que coloca a Euskadi en una posición de liderazgo. A las dificultades para acceder a un empleo se suma la importante brecha salarial que sufren las personas con discapacidad una vez tienen trabajo, y es que su salario con respecto a los demás es un 17% más bajo. Además, 7 de cada 10 trabajadores asalariados con discapacidad trabajan en entornos laborales no inclusivos.

Entre las participantes se encontraba Araitz Etxebarria, que el año pasado aprobó la primera OPE de la Diputación de Bizkaia para personas con discapacidad a la que optaron más de 200 aspirantes para 5 puestos de trabajo. Araitz no solo aprobó, sino que quedó la primera. “Me presenté por la estabilidad que da un puesto de trabajo público. Ya me habían despedido de otros sitios, y con 40 años necesitas una estabilidad”, explicó. Araitz cuenta ya con una amplia experiencia en el sector privado y se enfrenta a este nuevo reto con entusiasmo. “Cada personas debe superarse a sí misma y ponerse retos”, apuntó.

Autoestima y confianza son dos conceptos en los que las personas que trabajan con el colectivo hacen hincapié. “A la hora de preparar las oposiciones no solo ha sido importante el apoyo en la parte teórica y práctica, hemos trabajado también cuestiones como la autoestima, la seguridad, la frustración”, indicó Jugatx Menika, de Lantegi Batuak. Realizaron, incluso, un simulacro de examen y salieron conclusiones muy interesantes: “Por ejemplo, se habían estipulado dos horas para el examen y nos dimos cuenta que tardaron una media de entre 30 y 45 minutos en realizar el examen”.

“En el momento en que a una persona le hacen un diagnóstico, le dan el certificado de discapacidad, ya le están diciendo: Tú tienes un dis. Con ese dis que tengo encima la sociedad ya me está mirando diferente; me enfrento al estereotipo de la sociedad, la empresa piensa que tiene que ayudarme de manera diferente, los compañeros piensan que me tienen que hablar de manera diferente, pero no es así. Y a eso hay que sumarle el dis propio, la autoestereotipia: no tengo confianza en que pueda hacer ese trabajo. Por eso la labor del preparador y preparadora laboral no es muchas veces decirle lo que tiene que hacer, sino que puede hacerlo”, describió por su parte, Eneritz Bengoetxea, de la Fundación Eragintza, que trabaja por la inserción sociolaboral de personas con enfermedad mental.

Carolina Fraile es una de las usuarias de Eragintza y trabaja actualmente en la empresa privada, en concreto en Construcciones VUSA. “Estoy muy contenta porque el ambiente laboral es estupendo. Me he integrado de forma natural, mis compañeros no saben nada y las personas que saben algo es porque han estado relacionadas con el trámite con Eragintza. Yo, al trabajo, voy a trabajar, no estoy hablando de mis cosas personales”, apostillaba Carolina. Antton Luengo, miembro del equipo directivo de VUSA y presente también en la jornada, habló sobre los miedos y prejuicios que todavía existen en la empresa a la hora de contratar a una persona con discapacidad. “Lo primero es plantearte contratar a una persona con discapacidad y luego quitarte esos prejuicios porque piensas que va a ser una carga de trabajo”, explicó. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. “Es una trabajadora más, se ha integrado en la empresa como tal y es muy querida”, sostuvo Luengo.

Formación Estíbaliz Pérez y Jesica Pardo están todavía formándose y sueñan con encontrar un trabajo en el que se sientan felices. La primera está en el segundo año del programa CIVIS de Capacitación Laboral de la asociación Gaude. “Me gusta estar en la universidad porque me da una oportunidad de formarme al igual que otras personas, por ejemplo, jóvenes de distintas nacionalidades”, aseguró. El año pasado hizo prácticas en el Eroski de Berango, pero en realidad le gustaría trabajar en una tienda de moda. Jesica, por su parte, es alumna de San Viator y ha viajado de prácticas a Finlandia. “Al principio era una persona muy negativa, que no me creía las cosas. Luego sales fuera a hacer prácticas y ves que puedes hacerlo. Al final nunca digas no a las cosas y si necesitas ayuda pídela”, aconsejó. “Todos tenemos derecho a trabajar, ¿por qué tú puedes y yo no?”, preguntó a modo de conclusión.