abadiño - Urkiola despidió ayer a Bittor Garaigordobil. Centenares de personas quisieron dar el último adiós “a un amigo y compañero, honrado, leal y trabajador”. Bittor fallecía el pasado miércoles en la residencia de Begoña sobre las seis de la tarde mientras reposaba en los brazos de sus sobrinos. 102 años de un incansable misionero que desde ayer descansa en el panteón que el Santuario de Urkiola posee en el parque natural de Abadiño.

Fue obispo emérito de Los Ríos y por ese motivo Ecuador estuvo muy presente en el funeral que ofició ayer el obispo de Bilbao, Mario Iceta.

“Fue en 1948 a Ecuador entre las primeras diocesanas vascas para ayudarles, Bittor amó la vida y se dedicó a servir a otros llevando el mensaje de Dios. Aquí estamos celebrando la última eucaristía, hoy despide sus lugares secretos de Urkiola, sus setas, sus partidas de mus, todo ello mientras celebraba la liturgia en un lugar privilegiado”, añadió. “Por todo ello, eskerrik asko Don Victor!”, exclamó Iceta.

La misa estuvo llena de emoción, sobre todo cuando por megafonía sonó la canción Itoitz de la solista Olatz Zugazti, una de sus melodías preferidas. Instantes después sus familiares quisieron agradecer a los presentes haber acudido hasta el santuario para darle el último adiós a Bittor. “Os queremos agradecer a todos, pero sobre todo queremos hacer dos menciones, a todos sus compañeros de Urkiola y especialmente a sus sobrinos Agurtzane e Iñaki que han estado con él en todo momento”.

EL MEJOR REGALO “Para mí ha sido el mejor regalo de mi vida. Teníamos un feeling muy especial, ha sido un placer compartir tantos años de nuestras vidas estando juntos”, confesaba su sobrina Agurtzane. “Se fue apagando como una vela, nos abrazamos y nos besamos para despedirnos”, recordaban ayer sus familiares. “Hace una semana que salió a pasear por las Siete Calles de Bilbao, bajaron por el ascensor de Begoña y después de sacarse unas fotos en el puente Zubi Zuri fueron a comer jamón, como a él le gustaba y hoy le hemos dado el último adiós”, añadía su sobrino Iñaki. Y es que Bittor estuvo hospitalizado hace unos días en el hospital de Santa Marina por una bronquitis, pero volvió a superar exclamando “otra batalla más en la vida”. Al cuarto día volvió a la residencia muy contento, curado y con la alegría de que Iceta le había visitado en el hospital. “Para él supuso un subidón”, explicaba su sobrina. Aunque también confiesa que últimamente hablaba muy poco, “tan solo unas palabras, pero muy concretas, habíamos aprendido a entendernos con una mirada o con gestos. Con Iñaki le gustaba pasear y conmigo disfrutaba mientras yo leía”.

Sus familiares se mostraron muy apenados por la muerte de su tío. “Sabemos que es la última eucaristía que vamos a compartir contigo en Urkiola, pero también sabemos que volveremos a encontrarnos contigo”, confesaron.