La novia del padre llevaba el cadáver de Gabriel
La Guardia Civil detiene a la mujer cuando transportaba el cuerpo sin vida del menor, de 8 años, en el maletero del cocheLa localización de la camiseta con ADN del niño fue clave en la investigación
BILBAO - Doce angustiosos e infructuosos días de búsqueda concluyeron ayer con el trágico desenlace del hallazgo muerto del niño Gabriel Cruz, de 8 años, desaparecido el pasado 27 de febrero en la pedanía de Las Hortichuelas, en el municipio de Níjar (Almería). Su rastro se perdió después de salir de casa de la abuela para dirigirse a casa de unos familiares, situada a unos escasos cien metros. Los agentes encargados de la investigación encontraron el cuerpo en el maletero del coche de la pareja del padre del menor, Ana Julia Quezada, de 35 años y de origen dominicano. Su arresto se produjo después de que varias patrullas le siguiesen hasta La Puebla de Vícar, a unos 80 kilómetros al oeste de Las Hortichuelas. En el momento en que estaba a punto de entrar a un garaje de un bloque de pisos le sacaron del coche y le esposaron. En el maletero del turismo llevaba el cuerpo sin vida de Gabriel. Ahora, la investigación se centra en dilucidar si en la muerte del menor solo participó ella o hay otras personas implicadas.
Precisamente, la Guardia Civil, a través de la Unidad Central Operativa (UCO) encargada del caso, había puesto el foco de su línea de investigación en esta mujer puesto que fue ella quien halló el pasado día 3, en compañía de su novio, una camiseta blanca que pertenecía al menor y contenía restos de ADN del niño, según se confirmaron posteriormente los análisis.
En ese momento, se trataba de la primera pista concreta sobre el niño. Por este motivo, los investigadores guardaron silencio sobre las dudas que rodeaban este hallazgo al tiempo que recababan datos sobre la posible implicación de Ana Julia en la desaparición. Desde un primer momento, los agentes no se explicaban que la prenda encontrada por la pareja del padre hubiera aparecido en una zona que había sido inspeccionada por voluntarios y especialistas por encontrarse a tan solo cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. Además, según han aclarado posteriormente fuentes de la investigación, la camiseta interior no figuraba entre el listado pormenorizado que dieron los padres para ayudar en el rastreo y tampoco parecía haber sufrido especialmente el deterioro tras días de lluvias y mal tiempo en la zona.
Ante el cúmulo de sospechas, los agentes estrecharon el círculo sobre la mujer. Desde el viernes, cuando le tomaron declaración, habían montado un dispositivo esperando que cometiera un fallo. Finalmente, ayer fue detenida en la localidad almeriense de Vícar, a 60 kilómetros de Las Hortichuelas, y fue trasladada a la Comandancia de Almería.
Uno de los aspectos más llamativos del caso es que hasta su detención, Ana Julia Quezada había participado en numerosas batidas para buscar a Gabriel. Incluso llegó a publicar en su perfil de redes sociales varios mensajes e hizo declaraciones a los numerosos medios de comunicación que se desplazaron a la zona. En concreto, el pasado 1 de marzo explicó a una reportera de La Mañana de TVE que habían enseñado al niño a gritar si se le acercaba un desconocido. “Esa misma mañana estuvimos desayunando y salió la conversación. La abuela y yo. Le dijimos: Tú si ves un desconocido corre, eh, no te pares. Y mira por donde, ese mismo día desapareció el niño”, aseguró a este programa de televisión.
PRIMER SOSPECHOSO Durante estos doce días de búsqueda, el respaldo popular a la investigación ha sido total. En las labores de rastreo han participado más de 2.600 voluntarios y casi 1.500 profesionales. El operativo se inició horas después de la desaparición y en ella participó un amplio dispositivo de fuerzas de seguridad y voluntarios que recorrieron los desérticos paisajes del parque natural Cabo de Gata Níjar.
No obstante, en un primer momento, la investigación parecía apuntar a un vecino de Antas (Almería), que fue detenido dos días después de la desaparición del niño por incumplir una orden de alejamiento respecto a la madre de Gabriel. Según los agentes, llevaba dos años acosando a la madre, Patricia Ramírez, que siempre lo desvinculó de la desaparición. El hombre acababa de ser condenado, el pasado mes de febrero, a seis meses de prisión por quebrantar la orden de alejamiento. Su ingreso en prisión se produjo el pasado 3 de marzo por ese motivo, pero no por la desaparición de Gabriel, que siguió siendo buscado en una zona próxima a la depuradora de Las Negras. Esa zona ya había sido rastreada, pero Ana Julia afirmó haber encontrado allí una camiseta interior de color blanco, cuyo análisis confirmó que contenía ADN de Gabriel. Por este motivo, se mantuvo el rastreo en la línea de costa, continuaron las batidas, búsquedas selectivas en pozos, cuevas, cortijos abandonados y zonas por las que habitualmente no pasa nadie, hasta los doce kilómetros, hasta que finalmente ayer encontraron al menor.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, solicitó respeto y que no se entorpezca el trabajo “minucioso” de la Guardia Civil ante las horas “trascendentales” de trabajo que tienen por delante para resolver la muerte de Gabriel. Asimismo, testigos presenciales indicaron que agentes de policía y guardias civiles lloraban tras el hallazgo del cuerpo sin vida del menor.
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