Bilbao - Una vez más el Banco Europeo de Inversión (BEI, el órgano financiero de titularidad compartida de los países que integran la Unión Europea) ha tenido que salir al rescate de España para garantizar la ejecución de proyectos prioritarios para el conjunto de Europa. En esta ocasión han sido 1.030 millones de euros que el BEI ha decidido finalmente prestar a España para que complete el trazado más urbanita de la Línea de Alta Velocidad ferroviaria vasca; principalmente los accesos a las capitales vascas’ que, por otro lado, ya están definidos y consensuados.
No es el primer caso de estas características. De hecho, el Gobierno español ya se ha visto obligado a endeudarse con anterioridad para poder financiar obras comprometidas de esta infraestructura; casi tantas veces como la Comisión Europea ha apercibido a la Administración española por haber asignado fondos europeos a otros proyectos de transporte desperdigados por la geografía peninsular y no a la Y vasca para los que estaban consignados en origen. Entre los ejercicios 2012 y 2013, por ejemplo, el Banco Europeo de Inversiones accedió a conceder otro préstamo -este por valor de 1.400 millones de euros- para distintos trabajos en la nueva red ferroviaria, pieza clave para el desarrollo sostenible del Arco Atlántico.
En cualquier caso y gracias a esta nueva inyección de dinero público europeo, los plazos contemplados (y así acordados) para la entrada en funcionamiento de la línea ferroviaria de altas prestaciones y su acceso soterrado a las capitales vascas tal y como demandaban las instituciones implicadas (Gobierno vasco y ayuntamientos de Bilbao, Donostia y Gasteiz) están más cerca de poder ser cumplidos. Esta nueva financiación debería ser suficiente para la llegada en alta velocidad a las tres capitales y su integración urbana.
De hecho, personal técnico adscrito al Ministerio de Fomento empleó varias semanas en calcular los costes aproximados de esos trabajos y poder poner sobre la mesa del Banco Europeo de Inversiones esa cifra ligeramente superior a mil millones de euros. “Esta financiación incluirá las obras en las estaciones y la adaptación para alta velocidad del ramal existente de conexión entre San Sebastián y la frontera francesa”, ilustraban desde el Board of Governors, máximo órgano de gobierno del Banco Europeo de Inversiones, que ayer se reunía en Luxemburgo para aprobar esa financiación adicional.
Un dinero que se suma a los 1.400 millones de euros que ya facilitó entre 2012 y 2013 para la construcción de la Línea de Alta Velocidad entre Bilbao, Gasteiz y Donostia. Esta última decisión del BEI se producía varios meses después de que el propio ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, anunciara su intención de recurrir una vez más a financiación europea para poder atender con solvencia los trabajos.
Varios meses de negociaciones En mayo desvelaba que estaba en negociaciones con los responsables del órgano financiero europeo y el pasado 2 de junio Adif presentaba formalmente la solicitud de préstamo por un importe de 1.030 millones de euros, cantidad concedida finalmente en su integridad. Ya en julio, durante una visita que cursó a la capital vizcaina, De la Serna dejó entrever que la respuesta del BEI a la petición del Gobierno español iba por buen camino y que la implicación del banco europeo estaba próxima a hacerse realidad.
El propio ministro desvelaba que él personalmente había explicado a la delegación del BEI el proyecto de soterramiento de la Línea de Alta Velocidad ferroviaria en Bilbao a fin de intentar asegurarse la financiación europea para este “proyecto prioritario” del Corredor Atlántico. Aquel encuentro se saldó con “buenas sensaciones” como reconocería el titular de Fomento días después. Argumentaba De la Serna que la popularmente conocida como Y vasca “es un proyecto que encaja con el tipo de financiación que se puede conseguir a nivel europeo”.
Y no se equivocaba, claro, como ayer quedó demostrado. En primer lugar, porque las instituciones europeas confían en este proyecto. Pero sobre todo, tal y como reconocieron en su día desde Adif, porque la Y vasca “es muy atractiva para el BEI porque es parte del Eje Atlántico, que está declarado como corredor prioritario, y porque es un acceso transfronterizo”. El resultado final son esos 1.030 millones de euros que allanarán el camino para la llegada en alta velocidad a las tres capitales vascas y su integración urbana.
2023