andoain - Un hombre de 55 años y nacionalidad cubana falleció ayer en un incendio que podría haber sido provocado en un pabellón abandonado de Andoain, okupado por unas diez personas sin techo. Además, otra persona resultó herida de gravedad al quemarse “el 45% de su cuerpo” y dos individuos más fueron atendidos por inhalación de humos. La Ertzaintza investiga si el fuego fue provocado.
Este periódico pudo hablar ayer con uno de los moradores del local, un hombre de mediana edad que trabaja como camionero. No quiso desvelar su identidad pero relató los hechos acontecidos. Tan solo llevaba “dos días” en la fábrica, pero los habitantes, que residían en dicho lugar desde hacía ocho años, eran “amigos de toda la vida”.
El suceso ocurrió sobre las 5.20 horas de ayer jueves, en una fábrica en desuso de dos plantas situada en la avenida Ama Kandida, en la recta de pabellones a la entrada de Andoain, donde este grupo de personas dormía habitualmente. “Me he despertado tosiendo, como cuando fumas mucho. Me he dado cuenta de que había humo y en cuanto he abierto las puertas ha entrado la humareda. He llamado a la gente porque se estaba quemando la casa, pero nos ha costado salir porque no se veía nada”, recordó esta persona.
Según explicó, el funcionamiento de la casa era “organizado”, los aparatos eran eléctricos y carecían de agua porque se la cortaron para intentar desalojarlos. En la planta baja habitaban dos parejas y en la superior el resto, en una habitación independiente cada uno.
Cuando despertó, cruzó entre la “habitación en llamas” y el cuarto donde estaba “Tomás (el varón que falleció), calcinado”. Por lo visto, su estancia estaba “cerrada por dentro”. “Oyes gente chillando a las cinco de la mañana, intentas entrar un metro, pero tienes que salir porque si no te quedas ahí inconsciente”, añadió. Salió del edificio con lo puesto, en calzoncillos, con un jersey y unas zapatillas. “Se nos ha quemado todo”, lamentó, vestido con unas ropas donadas por Cáritas. El aspecto del interior de la fábrica era caótico, con ropas y muebles chamuscados. Un local en el que muchos de sus ocupantes llevaban más de siete años residiendo. “Somos gente normal que nos conocemos de toda la vida y estamos intentando salir de este agujero”, expresó.
24 bomberos y 15 vehículos Los bomberos acudieron inmediatamente al lugar y consiguieron extinguir las llamas sobre las 7.40 horas, cuando iniciaron las labores de ventilación del edificio, que albergaba mucho humo. Fue entonces cuando descubrieron el cuerpo del fallecido en el interior. La magnitud del incendio fue tal que se desplazaron bomberos de cuatro parques guipuzcoanos: Oria, Goierri, Zarautz y Donostia. De esta manera, el equipo de extinción quedó integrado por 24 bomberos y 15 vehículos, dos de ellos equipados con escaleras, un tercero con un brazo articulado, siete camiones cisterna, y cinco automóviles ligeros.
Este camionero señaló a uno de sus compañeros, un varón de nacionalidad marroquí, como presunto autor del incendio porque “daba problemas” al grupo y el origen de las llamas provenía “de su habitación”. “Ya se le había llamado muchas veces la atención porque hacía ruido y molestaba. Suele jugar a la Play Station de madrugada y grita. Ayer (por el miércoles) le dieron el ultimátum”, detalló. Al parecer, entró molestando cuando había 16 personas en la casa viendo el partido del Real Madrid y algunos de ellos debían trabajar al día siguiente.
“No amenazó, pero estuvo discutiendo con las dos parejas que viven en el piso de abajo”, declaró. “Se ha tomado la venganza por su cuenta y nos ha quemado la casa”, aseguró y describió el olor a poliespan quemado que procedía de la habitación del presunto autor, porque tenía el techo reforzado con este material. Según indicó, el hombre marroquí desapareció con su perro de raza grande después del incendio. “Supongo que estará en casa de un amigo, tiene que haberse ido en coche. Tenemos ganas de encontrarlo”, manifestó.
La Ertzaintza ha abierto una investigación y busca a una persona, que podría ser esta, “para determinar su posible relación con el incendio” puesto que “parece ser que ha sido intencionado”, indicó la alcaldesa de Andoain, Ane Carrere, que acudió ayer al lugar para mostrar su apoyo a estas personas.
“era como un padre” El varón fallecido, Tomás, era “como un padre para sus compañeros”, aportó la ONG Cáritas, que tenía relación con este grupo. El testigo explicó que Tomás “era una buenísima persona” y ha sido “el que peor lo ha pasado” por los altercados con su vecino. “Esta persona no le dejaba dormir y se tuvo que ir a casa de un amigo porque no podía más. No tenía ni el valor de decirle que le estaba molestando”, apostilló. En este sentido, Carrere precisó que el fallecido “llevaba bastante tiempo” en la localidad y que tomaba diversa medicación, por lo que pudo no haberse despertado cuando se originó el incendio.
En cuanto a los lesionados, un hombre de 47 años, que vivía con su hermano en la casa, fue trasladado herido grave a la Unidad de Grandes Quemados del hospital de Cruces. Según informó el centro hospitalario, el paciente permanece ingresado con “pronóstico grave” con “quemaduras de tercer grado en el 45% de su cuerpo”, repartidas por la espalda, piernas un brazo y una mano. Otros dos varones, de 40 y 46 años, también fueron evacuados al Hospital Donostia por inhalación de humos, pero fueron dados de alta ayer por la mañana.
Carrere señaló que tanto el fallecido como los tres heridos y las cinco personas que resultaron ilesas “estaban empadronadas” en Andoain y sus autoridades conocían que “vivían” en ese pabellón. “La verdad es que no había más problemas”, apostilló. Una opinión compartida por los vecinos de la zona y con los trabajadores de los negocios cercanos, quienes conocían que habitaban en la fábrica y coincidieron en que son “buena gente”.