Bilbao - Javier Ruiz, representante del País Vasco en el consejo del Colegio de Ingenieros de Caminos, habla desde la experiencia cuando afirma que “las obras no se paran por capricho de las constructoras”, y desde un profundo conocimiento de las infraestructuras ferroviarias cuando achaca los retrasos en la Y vasca a la complejidad del trazado del TAV.

¿Las estructuras, como viaductos y túneles, que llevan mucho tiempo construidas se pueden ver afectadas por el parón de las obras?

-El paso del tiempo tiene pequeñas consecuencias, igual hay algún desprendimiento en algún sitio o algún deterioro localizado, pero en general las infraestructuras se mantienen bien.

¿Es habitual que pase mucho tiempo entre la construcción de la plataforma y de la superestructura?

-Lo habitual es que las obras tengan una continuidad y que a la infraestructura suceda la superestructura, que son las vías, la electrificación, las comunicaciones, las estaciones... No es normal que una obra esté parada mucho tiempo pero en este caso las obras son muy complejas, tanto las que ya se han hecho como las que quedan por hacer, eso hace que haya un desfase entre la construcción de las plataformas y de la superestructura.

¿Antes de hacer la superestructura se revisará el estado de la plataforma?

-Las infraestructuras construidas han pasado todas las pruebas y controles de calidad, de todas formas, antes de hacer las superestructuras se revisarán, lógicamente, para ver si hay algún deterioro, que pudiera haberlo.

¿Las obras de construcción de la ‘Y’ vasca son más complicadas que las de otros trazados ferroviarios?

-Sí, son dificilísimas porque tienen un porcentaje de túneles y de viaductos muy alto. Sobre todo son muy complicados los túneles, ya que al hacerlos te enfrentas a problemas singulares, a veces muy localizados, que obligan a hacer modificaciones. Y, a menudo, se trata de modificaciones importantes.

¿Los cambios previstos en la Ley de Contratos Públicos, como una mayor valoración de la calidad del proyecto y los modificados, reducirán los problemas en la ‘Y’?

-Esos aspectos son importantes porque estamos hablando de obras que, por sus características, tienen un alto grado de incertidumbre en los proyectos que obliga a modificaciones y cambios para superar los imprevistos. Si la administración no es sensible a estos cambios y la ley no tiene agilidad para responder ante esas modificaciones, las obras se paran y se resiente el contrato en todos los aspectos: en el económico en el tema de plazos, etc.

¿Se podrán acelerar las obras?

-Los puntos críticos de las obras del TAV son los tramos del nudo de Bergara y las estaciones, cuyo proceso es especialmente largo. En el caso de las estaciones, desde que se decide hacerlas hasta que están construidas pasa mucho tiempo. El procedimiento comienza con una decisión política de dónde van las estaciones, pero luego viene todo el proceso de anteproyectos, modificaciones urbanísticas, la licitación, etc.

¿Ahí es dónde usted prevé los mayores retrasos?

-Frente a esto las obras de los tramos tienen poca importancia de cara a retrasos porque la duración de las obras en las estaciones es mucho mas larga. - B. Sotillo