El sector hostelero y turístico, a remolque de la apertura de la estación

EZCARAY - Una actividad económica tan importante como la de la estación de esquí de Valdezcaray indudablemente tiene repercusión en la localidad de Ezcaray. Separados por 13 kilómetros de distancia, la estación es uno de los motores económicos de la localidad. En concreto, la afluencia de visitantes de la estación supone una importante fuente de ingresos para el sector hostelero, comercial y turístico.

En este sentido, el responsable del bar Lladito, José Lladó, restaurante situado en pleno centro de la localidad, y que también es propietario de los apartamentos que llevan el mismo nombre, además de profesor de esquí en la estación de Valdezcaray, valora las consecuencias de la tardía apertura. “Está siendo una mala temporada, aunque ha habido años peores”, señala. “Las navidades suelen ser una época fuerte pero este año no ha sido así porque la estación no ha abierto”, prosigue. “Espero que la estación arranque la temporada cuanto antes porque tenemos un acuerdo con ellos y nos incluye en su página web, con lo que va todo relacionado”, desvela.

Pero, sobre todo, en la actividad económica que más ha notado la falta de clientes ha sido en su cadena de apartamentos. “Al no haber nieve he tenido muchas cancelaciones. Por ejemplo, de cincuenta reservas que tenía, se han caído veinte”, indica. En concreto, los fines de semana suelen ser los “más fuertes” en cuanto a ocupación, aunque en los últimos año también ha notado el crecimiento de turistas entre semana. “Hay un público que viene dos o tres días entre semana y otro que viene en época de esquí los fines de semana”, señala. Respecto a la procedencia, Lladó explica que acoge numerosos visitantes de Euskadi. “De Bizkaia es de donde más gente viene”, subraya.

Por otro lado, Lladó también es profesor de esquí en la estación, con lo que buena parte de sus ingresos derivan de su actividad directa e indirectamente. “Es una estación en la que predomina un público familiar, que vienen a aprender a esquiar”, señala. Asimismo, durante la temporada de esquí, se desdobla para atender todas sus obligaciones laborales. “Doy mis clases y luego vengo al restaurante. Así un día tras otro”, concluye. - C. Zárate