“Todo se terminará adaptando a las personas con diversidad funcional”
Bilbao- Se ha mejorado mucho, pero todavía quedan cosas por hacer para progresar en lo que se refiere a la adaptación de los servicios a las personas sordas. Ese es el mensaje que transmite la Federación vasca de asociaciones de personas sordas (Euskal Gorrak) y del que Álvaro Ortega, presidente, se hace eco.
Si no me equivoco, las personas con diversidad funcional tienen problemas con los vuelos.
-Así es. Por normativa, por cada dos personas con discapacidad tiene que haber un oyente sin ningún tipo de diversidad funcional. De lo contrario, en teoría, no puedes tomar el vuelo. El problema suele ocurrir cuando haces una excursión en grupo o cuando perteneces a una familia con más de dos personas con diversidad funcional. Pero normalmente no se suele cumplir esta normativa, salvo que el piloto sea muy estricto.
¿Y respecto al transporte público?
-Con los autobuses no hay ningún problema porque están bien adaptados y si ocurre algo, como que haya atasco, por lo general es visible. Con el metro, en cambio, las personas sordas se agobian mucho: si hay cualquier incidente lo anuncian por los altavoces, pero nosotros no podemos oírlo. Necesitaríamos subtítulos que a día de hoy no hay. Sucede lo mismo cuando tienes algún problema con la Barik y acudes al interfono: puedes pulsar el botón todo lo que quieras, pero no sabes si alguien está atendiendo tu llamada o qué te está diciendo. Ante estas situaciones yo me enfado porque necesitaríamos una pantalla con subtítulos o algo.
Imagino que sucederá algo similar en los ascensores.
-Sí. Cuando te quedas atrapado te agobias mucho. Son situaciones muy frustrantes.
En cuanto a la educación, ¿considera que ha habido avances?
-Si lo comparamos con antes, sí. Sobre todo porque al no haber una educación integradora, cuando pasabas de un colegio exclusivamente para sordos a un instituto con oyentes te dabas cuenta del retraso con el que íbamos en muchas materias, porque no era un sistema igualitario. Por ejemplo, en temas de vocabulario andábamos muy perdidos. Ahora, gracias a la integración y al apoyo estamos mejorando bastante en este aspecto.
¿Y en el plano del ocio y el tiempo libre?
-Aquí todavía queda mucho por hacer. Por ejemplo, la mayoría de los sordos no podemos ir al cine. En Bilbao hay una sesión todos los martes a las 20:00. El problema es que puede que ese horario no te convenga o que la película no te guste, porque no puedes elegirla: es la que es. En el campo de los museos también tenemos bastantes barreras, porque apenas hay guías que sepan lengua de signos y, en cuanto a vídeo guías, tampoco hay en la mayoría de los sitios. Por eso, nosotros trabajamos con diferentes entornos de ocio para adaptarlos a las personas sordas, del mismo modo que ya hemos hecho con el Bosque de Oma.
¿Qué opina sobre el deporte?
-En un futuro va a ser 100% accesible. Antes practicaba el atletismo, 100 y 200 metros lisos. El problema era que cuando se daba el pistoletazo de salida yo no oía nada. Al final empezaron a mover un pañuelo para que pudiera darme cuenta, pero desde que sonaba el pistoletazo hasta que se movía el pañuelo pasaba tiempo, así que siempre salía tarde. Hoy en día se hace con luces, como en las piscinas. Por eso opino que todo esto son críticas positivas, porque sí que se han ido adaptado. En general, creo que todo se terminará adaptando a las personas con diversidad funcional.
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