Bilbao - En esta época ve a muchos pacientes que han estado muy bien en verano y ahora recaen y acuden a la consulta con psoriasis, dermatitis atópica...
-Sí es que cuando desaparece el sol, sufren el bajón y empiezan a brotar estas patologías. El efecto antiinflamatorio del sol las mejora mucho.
¿Qué se puede hacer?
-Las podemos controlar. De hecho, muchas veces se recomiendan cabinas de ultravioletas porque a esas dolencias les damos un sol artificial que es la base del tratamiento de esas enfermedades.
Parece una contradicción. Los dermatólogos son fervientes detractores de las cabinas de rayos UVA.
-Desde luego, los dermatólogos estamos en desacuerdo con las cabinas y su funcionamiento. Porque muchas veces se toma una dosis de rayos ultravioleta que no tenemos controlada ni regulada. Lo que pasa es que, muchas veces, el paciente acude a un aparato de estas características para no quemarse y estar preparado para el sol y no se da cuenta que la propia cabina ya es dañina en sí misma.
Usted mantiene que ni siquiera ahora podemos bajar la guardia contra el sol.
-Claro, ahora tenemos que cuidar la piel de las consecuencias del verano. Y sobre todo, no podemos olvidarnos que aunque sea otoño tenemos que seguir dándonos el fotoprotector porque en realidad estamos sometidos a la radiación ultravioleta todo el año. Para el día a día normal, en esta época con un 30 es suficiente.
¿Un factor de protección 30 en una climatología gris como la vasca?
-Sí, no aconsejamos bajar del 30 incluso con cielo nuboso y mal tiempo. No es tanto, de hecho ese factor está incorporado en muchas cremas hidratantes. Bajando de 30, la protección disminuye mucho.
Pero la gente acude al especialista por una verruguita, una manchita roja, un problema de falta de pigmentación, quizá habría que desdramatizar un poco estos problemas ¿no?
-La mayoría de las manchas son producto de un daño solar crónico y son preocupantes a nivel estético pero hay otro tipo de manchas que pueden tener consecuencias graves. El propio paciente ya te dice: esta me preocupa más porque es distinta a otras que me han salido, esta me inquieta un poco... Hay que estar siempre alerta. No hay que buscar excusas y decir esta será por el sol, esta por la edad... Si una mancha es nueva, si no te encaja, siempre hay que consultar al especialista porque gracias a eso podemos hacer un diagnóstico temprano.
En otoño también crecen las consultas por el pelo.
-Sí, también se registran numerosas consultas por la caída del pelo porque en realidad los dermatólogos somos especialistas de la piel, las mucosas y el pelo.
¿La caída del cabello suscita mucha preocupación?
-Sí, este mes se vive un momento de caída fisiológica que no es preocupante pero la gente acude muy alarmada, pensando que se van a quedar calvas, sobre todo las mujeres. Pero hay que tranquilizarse. Esta caída de otoño es un pelo que se recupera, no es una pérdida real. Los especialistas insistimos en que casi todos los cabellos que se caen en otoño se recuperan y reaparecerán al cabo de tres o cuatro meses.