Síguenos en redes sociales:

¡Vaya boda!: “Quita esa música etarra y mortuoria”

El Dj del polémico banquete en el Hotel Londres aclara que fue el novio quien pidió que dejara de sonar la canción elegida por la novia. Condenas leves a 3 invitados

¡Vaya boda!: “Quita esa música etarra y mortuoria”Iker Azurmendi

Donostia - Pocas veces la música ha levantado tantas pasiones. La tensión en la boda por este motivo se mascaba tiempo atrás, y nada parece que fuese por casualidad. Según explicaba ayer a este periódico el Dj del banquete nupcial que acabó en Donostia a puñetazo limpio, ya dos semanas antes de la celebración había recibido el encargo del novio de no poner “nada de música en euskera”. Recibió la orden, le pareció un tanto extraña para ser una boda en Donostia, pero no dudó en acatarla porque, entre otras cosas, estaba su sueldo en juego. Hasta que llegó la fecha del enlace. El banquete en el Hotel de Londres discurría sin mayores contratiempos, pero esa orden finalmente no pudo cumplirla, entre otros motivos, porque se lo pidió precisamente la novia. “Pon una en euskera para mi familia”.

Dicho y hecho, lo que sonó a continuación ante un centenar de invitados aquella noche del 27 al 28 de octubre de 2012 no fue Benito Lertxundi, como recogía el escrito fiscal, sino Gozategi. En concreto, el tema Kalanbreak, célebre en las fiestas populares de tantos municipios. “Desde un principio se dijo que era Benito, pero no es así”, aclaró el Dj.

Sea como fuere, con el sonido de la trikitixa de fondo comenzaron las caras largas. Estaba claro que la canción no contentaba a todas las partes. La familia de ella, de Hernani, quería que siguiera sonando. La del novio, que procede de Valladolid aunque reside en Gipuzkoa, reaccionó como un resorte.

Según relató ayer el Dj, no pasaron ni cinco segundos cuando se acercó de nuevo. “Quita esa mierda etarra y mortuoria”, le espetó el novio, a lo que el pinchadiscos le advirtió de que “se podía meter en un lío porque me la había pedido la novia”. Él, en sus trece, le insistió en que cambiara de música porque de lo contrario no le iba a pagar. “Cuando me hicieron quitar Gozategi puse Miguel Bosé, el tema Seré tu amante bandido”, declaraba ayer a los periodistas, que no pudieron reprimir alguna que otra sonrisa. A partir de ese momento se empezaron a mirar mal unos y otros. Mientras dejaba sonando por unos instantes la canción de Miguel Bosé, el Dj bajó de la tarima donde había tratado de animar infructuosamente al personal para dirigirse a un invitado, que no dejaba de increparle y de señalarle con el dedo. “¿Quitas un tema en euskera para poner esto?”.

Y a partir de ahí comenzó la bronca. Él trataba de poner un poco de sensatez. “Yo les decía que el hecho de cambiar la canción no era cosa mía, que me habían obligado, y que corría el riesgo de no cobrar por mi trabajo”. Justo en ese momento sintió un empujón y un puñetazo. “Mi primera reacción fue recuperar las gafas porque sin ellas estoy perdido. Me las puse, quité la música, le llamé al encargado y le pedí que avisara a la policía porque me habían agredido. Yo trataba de cuidar mi equipo, pero la verdad es que a partir de ahí empezó a pegarse todo Dios. Aquella boda fue una ciclogénesis, una tormenta tras otra”, recordó.

Es evidente el interés mediático que suscita un relato de estas características, como lo atestiguaba ayer la nutrida presencia de medios de comunicación que se dio cita en la sala cuarta del Juzgado de lo Penal número 1. Se sentaban en el banquillo de los acusados cuatro personas presentes en los altercados de aquella boda. Uno de ellos era el propio Dj, que finalmente fue absuelto de un delito de lesiones. Los otros tres acusados, invitados por parte de la novia, aceptaron sendas condenas, dos por atentado contra la autoridad y otra por lesiones, penas que quedan en suspenso siempre que los acusados no vuelvan a delinquir.

En la sesión de ayer puedo verse que la sangre no llegó al río y tres años después del polémico banquete nupcial se impuso finalmente la razón. La vista oral estaba prevista para las 9.30 horas, pero todas las partes trataron de llegar a un acuerdo para evitar “el circo mediático”. La negociación fue intensa durante una hora en el Palacio de Justicia, y la expectación máxima. La presencia de cámaras de televisión no pasó desapercibida para jueces y letrados, sorprendidos por el interés que había suscitado un caso que, jurídicamente, “no tenía excesiva relevancia”. De este modo lo entendía también el fiscal jefe, Javier Zaragoza, que propició el acuerdo entre las partes. A las 10.30 horas se tomó declaración al Dj, que sabía de antemano que contaba con una sentencia absolutoria. Un invitado a la boda le había denunciado, acusándole de haberle agredido, extremo que no quedó acreditado durante la vista oral.

El resto de imputados compareció en calidad de testigos. Uno de ellos fue Ramón Pedro Zubizarreta, asistente a la boda por parte de la familia de la novia, quien reconoció que recibió un golpe en el ojo, pero que no se lo propinó el Dj. “Yo quería detener los insultos, a mí y a mis familiares, hasta que se me puso una persona delante y me agredieron, pero no fue él”, declaró.

lío en el hotel Agentes de la Ertzaintza que acudieron describieron “el lío” que encontraron al llegar al exterior del hotel. Un testigo, invitado a la boda por parte del novio, recoció que el “consumo de alcohol fue calentando el ambiente”, y algunos testigos señalaron a este periódico que en las horas previas al altercado, “algunas imitaciones que se habían hecho de Rajoy y Mourinho durante el banquete no sentaron bien a todos”.

El encargado de la boda declaró que “cuando empezó todo” se encontraba en la cocina y para cuando subió a la planta de arriba “ya se había montado el jaleo”. Testigos presenciales reconocieron que la novia, entre lágrimas, trató de evitar la pelea entre los asistentes cogiendo el micrófono del Dj para pedir calma a los invitados. Pero nadie atendía a razones. Para entonces, una treintena de asistentes había comenzado a agredirse.

El abogado del DJ, Víctor Pérez Barriuso, explicó que “los hechos son tremendamente confusos puesto que cuando el Dj avisó al encargado del hotel para que avisara a la Ertzaintza, los agentes llegaron de paisano, lo que acabó por generar más confusión. En medio de la riña, nadie sabía si eran participantes en la boda o familiares de alguna de las partes, por lo que se produjeron más agresiones”.

Uno de los ertzainas de paisano recibió un puñetazo en el pómulo derecho, que le ocasionó contusión ocular y una inflamación. Otro agente agredido tuvo que ser atendido por los sanitarios. Posteriormente llegaron más agentes uniformados, que trataron de aplacar los ánimos en el exterior del hotel. Según explicaron algunos testigos presenciales, “en cuanto llegó la policía, algunos de los invitados echaron a correr por el Paseo de la Concha para evitar ser identificados, quitándose la corbata y alguna prenda”.

El abogado reconoció que es prácticamente imposible conocer el número de personas que resultaron heridas en el altercado, puesto que muchas de ellas sufrieron daños y contusiones pero no tramitaron un parte de lesiones. En cualquier caso, se eleva como mínimo a una docena.