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La donación de ovocitos, una opción segura y con una probabilidad muy alta de éxito

miles de embarazos se producen anualmente gracias a esta técnica de reproducción asistida de la que la clínica igin es una de las más reputadas. hay donantes pero se necesitan más para que más mujeres tengan la posibilidad de disfrutar de la maternidad

lOS niños que nacen por la técnica de la donación, probablemente, sean de los más deseados porque sus padres han tenido que pasar por muchos duelos y problemas”. Quien habla así es el doctor Iñigo Davalillo, especialista en técnicas de reproducción asistida de la Clínica Igin.

La donación de ovocitos es una técnica que se practica desde hace muchos años y han sido miles las mujeres que se han beneficiado ya que es un “tratamiento seguro” tanto para las donantes como para las receptoras y con una tasa de éxito del “83%”, de los cuales dos de cada diez son embarazos gemelares. “Consiste en sacar ovocitos de una donante que se fecundan in vitro con espermatozoides de su pareja”, describe Davalillo, que precisa que las mujeres que recurren a esta técnica son “porque la calidad o la cantidad de sus ovocitos es muy baja”.

La mayoría de las mujeres que recurren a esta técnica son “mayores de 37 años”. Sin embargo, el especialista de Igin reseña que en la clínica han tenido pacientes de “menos de 30 años”, aunque se piense que a esas edades no hay ningún problema para quedarse embarazada.

Tras decidir donar, tanto la donante como la paciente tienen que someterse a tratamiento. “Es muy rápido”, afirma el doctor Davalillo, quien subraya que la donante puede empezar con el tratamiento “desde su siguiente periodo”. El proceso para esta mujer implica que “tengan que venir a la clínica, pincharse la medicación y hacerles una punción para extraerles los ovocitos”. Para la receptora de los ovocitos este tiempo dura entre “20 y 30 días” y “doce días después” se confirma si la donación ha sido un éxito.

Requisitos El perfil de la donante que se acerca hasta las instalaciones de la Clínica Igin, según Davalillo, “es una chica joven, de entre 20 y 25 años, que generalmente está cursando algún tipo de estudio”.

Aunque la donación es “altruista”, no todas las mujeres pueden contribuir a que otras se queden embarazadas y den a luz a un niño muy deseado. Existe una legislación muy concreta que indica que las donantes tienen que tener entre “18 y 35 años”. El especialista en técnicas de reproducción asistida de la Clínica Igin precisa que cuando una donante se presta a ceder sus ovocitos se le realizan una serie de “analíticas” para descartar que no “tiene ninguna infección, hepatitis o VIH”, entre otras enfermedades. Además, también se les efectúan “pruebas genéticas” para garantizar que “no tienen alteraciones en los cromosomas o en los genes”. Para certificar que la donante está completamente sana, un psicólogo evalúa su estado mental y confirma si es apta o no para la donación.

Una vez se da el paso de donar ovocitos, en la Clínica Igin se establece un límite de “seis recién nacidos vivos”, que supone seis embarazos. De esta cantidad hay que descontar los que la propia donante tenga. Es decir, “si una chica tiene un hijo podría donar como máximo hasta tener cinco más”, explica el doctor Davalillo.

El especialista en técnicas de reproducción asistida subraya que “hay donantes pero si hubiese más se facilitarían las búsquedas” ya que a la hora de fecundar el embrión se tienen en cuenta las características físicas de los futuros padres. “Son rasgos esenciales. Si somos de raza caucásica, se nos asignará una donante de raza caucásica”. Entre otras variables que se tienen en cuenta está el color del pelo, de los ojos, el peso, la altura o el grupo sanguíneo.

Más de un embarazo La técnica de la donación de ovocitos permite a las parejas que deciden dar este paso volver a ser padres. “En torno a un 80% de las mujeres que se hacen una donación, congelan algún embrión más”, apunta el doctor Davalillo, quien incide en que “si en un futuro quisieran tener otro hijo se puede hacer con la misma madre y padre biológicos”.

Esta opción posibilita que los progenitores dispongan de los embriones “cuando quieran”, ya que están almacenados y “pueden durar décadas”. Davalillo comenta que los padres “si realmente tienen ganas de tener otro hijo, probablemente, en un plazo no superior a dos o tres años vengan a ponerse los embriones que les quedan u otro embrión para ver si consiguen el hermanito”.

Con esta técnica, las esperanzas de muchos padres siguen abiertas, aunque las donaciones tengan que seguir creciendo.