Donostia - El vertedero de Urteta, en Zarautz, cerró literalmente su verja ayer dando por concluidos 43 años de tránsito de basuras que, tal y como destacó la presidenta de la Mancomunidad de Urola Kosta, Amaia Guruzeta, se había visto recrudecido desde 2009, a raíz del cierre del vertedero de San Markos y la llegada a Zarautz de basura proveniente de Donostialdea y Txingudi. La Diputación de Gipuzkoa ha procedido a su cierre sin haber sido capaz, en cuatro años, de poner en marcha ninguna de las infraestructuras de su Plan de Residuos. De hecho, ni siquiera ha abierto la planta de compostaje de Epele (Bergara), cuya construcción comenzó la pasada legislatura.

Fue el diputado general, Martin Garitano, el encargado ayer de accionar el mando a distancia que, simbólicamente, cerró la puerta metálica del vertedero. A partir de ahora, comenzará un proceso de sellado del vertedero que durará hasta 2020. Según precisó la presidenta de la Mancomunidad, “en las próximas semanas” se iniciarán los trabajos de recuperación de los terrenos que ocupa el vertedero. “Durante 2015 se sellarán las celdas: unas de manera definitiva y otras de forma provisional, para que la materia se estabilice. Estas últimas, una vez estabilizadas, se sellarán definitivamente en 2020”, precisó, al tiempo que añadió que “tras cada sellamiento, se depositará tierra vegetal, de manera que en un plazo breve de tiempo crecerá hierba en el lugar”.

La clausura de Urteta se produce a un mes escaso de que Sasieta tenga que echar el cierre obligado ya que no cumple con los requisitos ambientales necesarios para seguir recibiendo basura. Ello deja en una delicada situación a los vecinos de Azpeitia, que en los próximos seis meses, verán como la basura de toda Gipuzkoa se almacena en el vertedero de Lapatx, con el aumento del trasiego de camiones que ello supone. En otoño de 2015, serán los azpeitiarras quienes clausuren su vertedero y, a finales de 2016, le llegará el turno a Sasieta. - I. Astarloa