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Rotary crece en Euskadi

Rotary, que es el mayor club privado del mundo, acaba de sumar un séptimo miembro en Euskadi con la creación del Club de Getxo. Cuenta con medio centenar de socios de diversos ámbitos que desarrollarán labores altruistas

Rotary crece en Euskadi

EN 1930 los empresarios Gabriel y José Artiach Gárate, Cesáreo Aguirre Goenaga, Antonio Arias, Eduardo Barandiaran, Antero Muñuzuri, Lázaro Ituarte, Eliseo Migoya y Emiliano Pérez Yarza, el doctor San Sebastián, el cónsul británico Thomas Ifor Ress, el poeta Calle Iturrino, los ingenieros A. Lipchuz, E. Mowinkel, M. Domain, R. Truan, entre otros importantes personajes de la sociedad vasca, pertenecían al Club Rotary de Bilbao. Ahora los nietos de algunos de esos ilustres vizcainos y varios profesionales de distintos ámbitos se integran en el Rotary Club de Getxo, cuya creación rompe un periodo de 35 años sin nuevas incorporaciones al grupo de seis asociaciones rotarias que existe en Euskadi.

La gestación y creación del séptimo club rotario de Euskadi ha sido una labor ardua pero fructífera. El club de Getxo arrancó hace unos días con casi cincuenta socios iniciales ante una audiencia de más de 160 autoridades, socios rotarios e invitados de varios países. “Ser miembro de Rotary no consiste solo en organizar eventos importantes y apoyar proyectos, es hacer un seguimiento y convencer a la gente de lo importante que es Rotary y de las cosas buenas que hace en una dimensión planetaria. Al final Rotary acaba siendo una especie de pasión. Si se involucra a fondo en proyectos de servicio en favor de su comunidad o en la creación de un nuevo club, uno acaba por vivir para Rotary y pensar y soñar con Rotary. No se trata en absoluto de una creencia o ideología cerrada, ni mucho menos de una religión, pero sí de una pasión”, explica José Félix Merladet, presidente del Rotary Club de Getxo y su principal impulsor.

Conseguidores Hay más de 34.000 clubes rotarios con 1.200.000 socios en más de 200 naciones del mundo que “implementan una gran variedad de proyectos de servicio”. Y quien se encarga de llevar a la práctica esos nobles objetivos son personas con voluntad de ayudar a los demás y con tiempo y disposición para ello. Según explica José F. Merladet, el rotario “tiene que ser una persona dispuesta a dar de sí antes que a pensar en sí mismo”, una frase que es el lema de Rotary. La famosa cita del ilustre rotario John F. Kennedy “no pienses lo que tu país puede hacer por ti sino lo que tú puedes hacer por tu país” se inspiró directamente en los lemas rotarios.

Y eso ¿cómo se traduce? “Se trata -dice el presidente del nuevo club- de estar dispuesto a devolver a la sociedad lo que la sociedad te ha dado. Lo que se pide aquí es trabajo, tiempo, contactos, gestión, no se pide dinero, deseamos conseguidores. Porque si queremos conseguir donaciones de médula para luchar contra la leucemia infantil (lo que podría ser el proyecto bandera del nuevo club), erradicar la polio, apoyar un asilo o un comedor social o dotar un piso de acogida para madres en riesgo de exclusión es importante apoyarse en personas que conozcan instituciones, empresas, contactos que puedan coadyuvar o facilitar ese objetivo”.

Según Merladet, el retrato robot del rotario es “una persona que tenga tiempo disponible para dar a los demás”. “Aparte de eso -añade- hay que reunirse una vez a la semana, pero hay que decir que esto no es un txoko de amigos. La mayor parte de los miembros no se conocían entre sí antes de su creación. Les une su interés tras haber descubierto lo mucho y valioso que hace Rotary”.