bilbao. El Ayuntamiento de Bilbao acaba de normalizar una situación que había originado una fuerte controversia, el derecho a la lactancia materna en los espacios públicos. El consistorio bilbaino reconoce y ampara el derecho de padres y madres a alimentar a sus hijos ya sea por lactancia materna o por biberón en las instalaciones municipales. La polémica se desató el pasado noviembre cuando dos madres fueron reprendidas por amamantar a sus bebés mientras jugaban con sus hijos más mayores en el Txikiland de la Mediateka de la Alhóndiga, bajo el argumento de que las "normas de convivencia" del espacio público prohíben dar el pecho. Las amatxus fueron exhortadas a irse a la sala de lactancia ubicada en otra planta del edificio.
Sin embargo, a partir de ahora, el Ayuntamiento de Bilbao dejará en manos de la madre la decisión de utilizar o no las salas de lactancia con que cuentan las instalaciones municipales de la villa, tras reconocer su derecho a alimentar a sus hijos dentro de estos equipamientos. "En el caso de que existan salas de lactancia será decisión de aitas y amas, siempre dentro de su comodidad, el utilizarlas o no", manifestó ayer Oihane Agirregoitia, concejal de Igualdad, Cooperación y Ciudadanía de Bilbao.
El debate está en la calle desde que también en junio, una madre fuera expulsada de las piscinas de Erandio cuando amamantaba a su hijo pequeño. Numerosas asociaciones han hecho públicos además los beneficios de la leche materna. La Asociación Española de Pediatría ha dejado bien claro que la lactancia materna es la forma natural y más saludable de alimentar a los bebés", afirmación que "defiende igualmente la Organización Mundial de la Salud con estudios que demuestran la menor incidencia de enfermedades en los niños y, lógicamente, menor gasto sanitario".
sensibilidad social La medida adoptada por la capital vizcaina busca despejar dudas en torno a la manera de proceder en este tipo de situaciones, y también resuelve conflictos como el registrado el pasado mes cuando las madres fueron reprendidas por amamantar a sus bebés. La concejala del área de Igualdad, Oihane Agirregoitia, explicó que el Ayuntamiento de Bilbao muestra con esta decisión su "sensibilidad con respecto a una realidad que es que los bebes necesitan alimentarse cada poco tiempo".
Agirregoitia informó que los padres podrán alimentar a sus hijos, tanto con biberón como con lactancia materna, en el interior de las instalaciones dependientes del ayuntamiento y en el caso de que existan salas de lactancia "las amas y los aitas decidirán ellos mismos si hacen uso de ellas o no, como les resulte más cómodo y les permita desarrollar con total normalidad su actividad".
"Queremos trasladar que es un comportamiento completamente natural y así lo tenemos que ver toda la ciudadanía y es nuestro compromiso y obligación facilitar la conciliación, el día a día de la familia y garantizar los derechos de los bebés y de los padres a alimentar a sus hijos e hijas, generando buenas condiciones en la ciudad. ¡Ojalá! viéramos más aitas y amas alimentando a sus niños porque así conseguiríamos evitar las altas tasas de envejecimiento que tenemos en nuestra sociedad", precisó Agirregoitia. Respecto a las salas de lactancia con que cuentan actualmente las infraestructuras municipales, recordó que su objetivo es el de dotar de "mayor comodidad e intimidad" a las madres usuarias, y subrayó que "no hay ningún problema más allá del citado hecho puntual registrado en la Alhóndiga".
Reino Unido o Estados Unidos son algunos de los países que han aprobado leyes que regulan la lactancia en espacios públicos, encontrando instrumentos útiles para dar respuesta a aquellas cuestiones que no son resueltas desde la convivencia normalizada y la sensibilización ciudadana.
El controvertido asunto ha llegado incluso al Congreso de los Diputados ya que el presidente de la Asociación Nacional Arca Ibérica, Juan Luis de Javier i Marí, ha enviado una petición a la Cámara Baja en la que le reclama que proteja y vele por las mujeres que intentan amamantar a sus hijos en lugares públicos y que en algunos casos han sufrido discriminación y son víctimas de humillaciones. De hecho, cita el caso de la madre de Erandio, de las mamás de Bilbao y también el de una señora en Sevilla, cuyo bebé no paraba de llorar y entendió que era inevitable darle el pecho y procedió a amamantarle en una tienda de ropa. "El encargado le invitó a que saliera de la tienda porque no le parecía un acto decoroso", lamenta De Javier i Marí, quien alega que "amamantar a un bebé responde a un acto impredecible y a una necesidad de primer orden y algo natural que no tendría por qué ser rechazado en las zonas públicas".