barakaldo. "Mirar desde la balconada durante las noches de la Euskal es algo que me sigue impresionando, a pesar del paso de los años", dice Sabino San Vicente, que lleva en la organización desde su inicio, cuando contaban con 25 ordenadores. Ahora que la Euskal Encounter es una party referente a nivel internacional, San Vicente repasa las virtudes del evento y analiza la edición de este año.
La Euskal finaliza, ¿cómo han ido las cosas a nivel organizativo?
Estamos muy contentos. Son 21 ediciones y la gente está muy rodada, tiene mucha experiencia, y los recién llegados aprenden de los veteranos. A falta de hacer la valoración entre organizadores, por lo que hemos hablado, todo ha ido bien. Además, hemos respetado los horarios, lo cual es difícil porque cualquier fallo de red retrasa todas las actividades en cadena. En general, estamos contentos.
¿Cómo ha resultado la reubicación de algunas áreas?
La más importante fue la de Gamegune, que la trasladamos a la Opengune, una zona abierta a todos los públicos. Creemos que ha sido un gran acierto sacarla del pabellón 5 porque ha atraído a muchos jóvenes apasionados por los videojuegos, aunque quizás el espacio no ha sido el más adecuado, por lo que intentaremos encontrar uno mejor.
La 'Opengune' es como el escaparate al exterior de la Euskal Encounter, ¿creen que se ha asentado definitivamente?
Los puestos de las marcas nos han comentado que este año el tiempo de estancia de los visitantes de la Opengune ha aumentado. Si el año pasado estaban media hora, esta vez la gente ha permanecido más tiempo porque había muchos contenidos interactivos, como talleres, charlas, empresas de videojuegos al servicio del público, un espacio de robótica...
¿Qué tal han funcionado las charlas y conferencias?
Extraordinariamente bien, por encima de nuestras expectativas. Al contrario de otras ediciones, no ha habido ninguna conferencia vacía de asistencia, todas tenían su interés.
Para esta edición, la organización puso mucho énfasis en el lema 'Compartiendo conocimiento'.
Queríamos que los participantes sacaran su conocimiento dando charlas. También hay que destacar el apoyo de Enpresa Digitala de la SPRI, que nos ha permitido traer a ponentes de prestigio, lo que ha movilizado a mucha gente.
Llevan años llenando el BEC, ¿se plantean abrir un nuevo pabellón?
Es la pregunta de todos los años, pero no es una prioridad. Queremos dotar de más contenidos e incrementar la calidad de estancia de la gente, que es algo muy importante. Es decir, preferimos que crezcan las cinco áreas y enriquecer los contenidos antes que masificar el evento.
La Euskal se afianza como 'party' referente en Europa. ¿Cuál es la clave?
La Euskal tiene una trayectoria de 21 años. La relación entre la organización y los asistentes siempre ha sido muy estrecha porque nos hemos escuchado y ayudado mutuamente cuando han surgido problemas. Esa simbiosis garantiza la fidelidad del público. Además, creo que mostramos gran seriedad en temas como el pago de premios.
¿Y cómo logran sostenerse en esta época de crisis?
Tenemos la gran suerte de que en Euskadi la colaboración entre lo público y lo privado es muy buena, lo que nos asegura año a año la organización. Pero la Euskal nunca ha sido un derroche de gastos. Fuera cual fuera la coyuntura económica, siempre hemos exprimido hasta el último euro. En época de vacas flacas, hemos quitado detalles superfluos, pero nunca contenidos.
¿De la Euskal han salido proyectos empresariales?
Sí, de aquí han surgido empresas e ideas para videojuegos. En la Euskal hay mucha gente con conocimiento. Por eso este año hemos intentado potenciar las competiciones para que hubiera intercambio de ideas con el fin de crear un juego. Hemos notado un aumento muy importante en el número de producciones respecto al año pasado, lo que nos hace pensar que hemos acertado.