Las evidencias del crimen acorralan al exmarido de Deisy

Bilbao. El acusado de asesinar a puñaladas su exmujer, Deisy Mendoza, el 22 de agosto de 2011 en Bilbao, negó ayer que cometiera el crimen y también rechazó que, de manera habitual abusara sexualmente de sus hijas y que sometiera a malos tratos a toda la familia. Sin embargo, en el juicio que se celebró ayer en la sección sexta de la Audiencia de Bizkaia, el abogado defensor aceptó que su patrocinado cometiera el crimen, ante las evidencias en su contra.

El acusado, H.M.R. de 40 años y de origen ecuatoriano, que se enfrenta a una petición de hasta 30 años de cárcel, aseguró que el día de los hechos, a pesar de tener una orden de alejamiento de su exmujer, acudió al domicilio familiar en la calle Fernández del Campo y subió con ella en ascensor hasta la sexta planta. Tras una discusión y los intentos de la joven por escapar, le asestó siete puñaladas. Los agentes de la Ertzaintza que acudieron al lugar del crimen testificaron que H.M.R. les dijo tras ser detenido "que la había matado porque le quería quitar a sus hijos".

Los psiquiatras forenses expusieron ante la Sala que el presunto asesino no padece ninguna enfermedad mental y le describieron como un hombre celoso, machista, "tiene una personalidad de rasgos narcisistas que tiende a teatralizar sus discursos" y destacaron "la frialdad" que mostró tras el crimen y que en ningún momento expresó dolor por la pérdida de la madre de sus hijos.

En su declaración ante el tribunal, dijo que quiso a la fallecida y que "aún hoy" la sigue "amando". Un vecino del portal declaró que sorprendió al hombre en el descansillo de la escalera después de apuñalar a la víctima y que, en un descuido, logró arrebatarle el cuchillo de la mano. También declaró una mujer que tenía como empleada de hogar a la fallecida y manifestó que "vivía muerta de miedo".