Bilbao. La falta de vocaciones científicas es una realidad preocupante en las universidades, y los bajos resultados en ciencias entre los escolares el mayor handicap del sistema educativo vasco. Pero es que, además, la Fundación Elhuyar acaba de dar carta de naturaleza a una opinión extendida entre los profesionales de la enseñanza: la juventud vasca siente un gran desapego por el hecho científico. Los intereses de los estudiantes van por otros derroteros. El deporte ocupa el puesto número uno en el ranking de preferencias de los chicos; y el famoseo, un lugar destacado en el de las chicas.

Ni unos, ni otras se ven a sí mismos dedicados a la investigación en el futuro, pese tener una imagen positiva de la ciencia y un gran interés por la tecnología e internet. Con esta generación se perpetúa la imagen del profesional de la ciencia como "un hombre, mayor, vestido con bata blanca, dentro de un laboratorio". Eso sí, del imaginario colectivo de la juventud vasca ha desaparecido el estereotipo del científico loco, aunque ni siquiera aparezca esbozada la figura de una científica a secas -con a.

conclusiones Estas son algunas de las conclusiones del Estudio Percepción de la ciencia y la Tecnología en la Juventud del País Vasco 2011, realizado por la Fundación Elhuyar y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, en el que por primera vez se ha analizado las opiniones, vivencias y actitudes de la juventud de Euskal Herria sobre la ciencia y la tecnología.

De 11 profesiones a elegir, la de investigador es la octava, después de deportista, empresario, docente, artista, ingeniería, médico o periodista. Detrás de la profesión de investigador solo están el de abogado, la judicatura y la política, que ocupa también el último escalafón en las preferencias del alumnado.

En general, la juventud tiene una visión positiva de la ciencia y la tecnología, las relacionan con el bienestar social. Más de un 70% del alumnado piensa que la ciencia "hace nuestras vidas más cómodas, curan enfermedades, y nos ayudan a conocer mejor el mundo", subrayó Eneritz Mugurutza coordinadora del estudio. No obstante, puntualizó, "los chavales ven peligros en su utilización". El 76% opina que está muy de acuerdo o de acuerdo con la afirmación de que Hay que hacer un buen uso de la ciencia y la tecnología, si no pueden ser peligrosas.

Los estudiantes están contentos con la formación que reciben en clase, casi la mitad cree que es buena o muy buena, sin embargo una gran mayoría (el 64,2%) opina que son asignaturas muy difíciles aunque crean en la misma proporción que no son una chapa. Elhuyar ha detectado distintas percepciones de los jóvenes a un lado y a otro de la muga: en general la juventud de Iparralde tiene una actitud más crítica hacia la ciencia que en Hegoalde.

El coordinador de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, Juan Ignacio Pérez Iglesias, subrayó que "el estudio pone de manifiesto el punto de vista práctico que tiene la juventud ante la ciencia, piensan que la ciencia vale para algo, pero no valoran la ciencia per se".

A la luz de los resultados de este estudio, Begoña Ochoa, responsable de política científica del Departamento de Educación del Gobierno vasco, abogó por "reforzar el discurso de las instituciones, y concretamente de Educación en la enseñanza reglada y no regalada".