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El padre del niño fallecido en Donostia niega el suicidio y dice que fue un accidente

Declara que el menor se cayó cuando trataba de alcanzar una hucha con un cuchillo

El padre del niño fallecido en Donostia niega el suicidio y dice que fue un accidenteFoto: JAVI COLMENERO

Donostia. La investigación sobre la muerte de Julen Serrano, el menor de trece años hallado sin vida el pasado 1 de diciembre en Donostia, vivió ayer un giro inesperado, al declarar su padre que el fallecimiento de su hijo se debió a un fatal accidente. Según pudo saber este periódico, el hombre, que quedó ayer en libertad provisional tras testificar ante el juez, afirmó que su hijo resultó herido al caerse cuando trataba de alcanzar con la ayuda de un cuchillo una hucha que se encontraba en un armario.

Esta declaración pone encima de la mesa una nueva hipótesis sobre este trágico suceso que ha conmocionado Donostia, después de que el informe forense dictaminara la semana pasada que la muerte del menor de 13 años fue como consecuencia de un suicidio.

El padre del fallecido, que permaneció oculto una semana en una especie de borda situada en el monte Igeldo, reconoció ayer no haber avisado a los servicios de emergencias y relató que había intentado suicidarse hasta en tres ocasiones tras presenciar la muerte de su hijo. El hombre fue detenido por la Ertzaintza el miércoles tras acudir a la vivienda de su madre, en la calle San Marcial de Donostia (algunas fuentes indican que fue interceptado allí por la Policía y otras, que se entregó voluntariamente).

El Departamento de Interior informó ayer de que el progenitor de la víctima había sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Donostia, bajo la imputación de haber cometido un presunto delito "de omisión del deber de socorro". En su declaración, según indicaron las mismas fuentes , el detenido manifestó que la muerte de su hijo fue "accidental". Horas más tarde, el juez decidió dejarlo en libertad provisional sin fianza, con la obligación de comparecer en el juzgado dos veces por semana.

relación normal Julen Serrano fue hallado muerto por un amigo de la familia a las 12.45 horas del día 1, en una vivienda del número 5 de la calle Logroño, en el barrio de El Antiguo. El cadáver presentaba evidentes signos de violencia. En la habitación se localizó un cuchillo y manchas de sangre, al igual que en el tirador de la puerta de acceso al inmueble y en el garaje del edificio. El desconocimiento sobre el paradero del padre del fallecido no hizo sino aumentar las incógnitas que rodeaban el fatídico suceso.

El hombre, según declaró ayer, mantenía una relación fluida y normal con su hijo. Al parecer, en aquella triste mañana, Julen había desayunado como hacía todos los días en el bar que su familia regenta en El Antiguo. Después, indicó, volvió a casa, a la que también había acudido él. No obstante, no aclaró en su declaración si habían hablado de antemano o si el encuentro fue fortuito, extremo que trata de esclarecer ahora la investigación de la Policía vasca.

Siempre según la versión del progenitor, el niño se subió a un taburete para alcanzar de un armario una hucha de la que quería coger dinero, para lo que se sirvió de la ayuda de un cuchillo. No se encontraba en el mismo cuarto, pero, aseguró, pudo escuchar un ruido extraño que provenía de una habitación contigua. Fue entonces cuando -prosiguió el padre- el hijo se acercó hasta el cuarto en el que se hallaba él, con las dos manos posadas sobre su abdomen y pidiendo auxilio a su aita.

El hombre recuerda haber abrazado a su hijo, momento en el que, señaló, cayó en la cuenta de que tenía un cuchillo clavado en la tripa, algo que achacó a la caída accidental. Según detalló, procedió a quitárselo y, a continuación, observó que el niño sangraba de forma abundante. Este contacto podría explicar la presencia de sangre en varios puntos de la casa y del garaje. La versión del padre es que, cuando no habían pasado más de diez minutos, comprobó que su hijo había muerto. Lo tumbó -precisó- en la cama de la habitación en la que se encontraban, donde también dejó el cuchillo en cuestión.

borda o caseta En sus declaraciones, el hombre, que se encuentra en proceso de separación con su mujer, relató cómo había intentado suicidarse hasta en tres ocasiones después de protagonizar los hechos relatados. Al principio, en el domicilio, con la correa de un albornoz en un primer intento y cortándose la venas, en el segundo. Fruto de la desesperación, según detalló, se escapó de la vivienda, todavía con la idea de quitarse la vida. Deambuló hasta que decidió encaminarse a Igeldo y tirarse al mar, pero finalmente desistió al observar las condiciones y el oleaje que presentaba el mar.

Finalmente, el hombre se escondió en una especie de borda o caseta prefabricada del monte Igeldo. Allí declaró haber pasado las seis noches en las que ha permanecido oculto, a excepción de una que pasó en una cabina de barco abandonada que existe en la zona. En todo ese tiempo asegura que no comió nada; simplemente bebió agua de una fuente cercana.

Según defendió el padre del menor, el pasado miércoles decidió dejar a un lado la intención de suicidarse y se trasladó a casa de su madre, al parecer, porque no quería hacerla sufrir. Una vez allí, fue localizado y detenido por la Ertzaintza.