Creador de la arquitectura orgánica húngara
Budapest. El arquitecto Imre Makovecz, el representante más conocido de la arquitectura orgánica húngara, falleció el pasado 27 de septiembre, a los 76 años, en Budapest, informó su familia a la agencia magiar MTI sin precisar las causas de su muerte.
Los medios de comunicación húngaros destacan como obra más sobresaliente de Makovecz el pabellón húngaro construido para la Exposición Universal de Sevilla de 1992, marcado por la utilización de la madera como material más importante de la estructura.
Nacido en Budapest el 20 de noviembre de 1935, Imre Makovecz defendió la teoría de que los edificios deben ser construidos como si crecieran de la tierra, uniéndose al paisaje.
Condecorado en Hungría con las distinciones estatales más importantes, este arquitecto construyó más de un centenar de edificios en el país, entre ellos el complejo de la Universidad Católica Pázmány Péter, varias escuelas y la piscina de la ciudad de Eger.
Después de la caída del telón de acero, se significó como un personaje conservador de la vida pública del país.
último diseño Su último trabajo fue el diseño de las casas de la localidad de Kolontár para los afectados del vertido de lodo rojo, en octubre de 2010, que perdieron sus hogares en esa catástrofe ecológica.
El fallecido arquitecto era profesor de la Academia Internacional de Arquitectura desde 1987 y presidente de la Academia Húngara de Arte desde 1992.
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