bilbao. El Estado español ha entrado por méritos propios por la puerta grande en la imparable carrera por la búsqueda de una vacuna contra el VIH, objetivo que científicos de todo el mundo llevan persiguiendo desde que, en 1981, un desconocido virus de inmunodeficiencia humana (VIH) provocara las primeras muertes por el sida en humanos. Hoy superan los 25 millones.
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) dio a conocer ayer los primeros resultados en humanos de una prometedora vacuna contra el VIH, desarrollada y patentada por este organismo, que ha conseguido inducir una respuesta inmune contra el virus en el 90% de los personas que la han recibido. Además, estos efectos se mantienen durante al menos un año en el 85% de los casos.
El hallazgo -que ha levantado una gran expectación entre la comunidad científica- fue presentado por los responsables de la investigación: Mariano Esteban, del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Felipe García, del Hospital Clínic de Barcelona, y Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
El trabajo con la MVA-B (nombre que se debe a que se usa un virus MVA, vaccinia modificado de Ankara) buscaba asegurarse de que se trata de un tratamiento seguro, se ha podido estudiar la respuesta inmunitaria causada en los voluntarios, y esta ha sido prometedora.
"La vacuna ha demostrado ser altamente inmunogénica y segura; es óptima, similar a otras ", explica a DEIA el investigador Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, al mismo tiempo que se felicita de que el prototipo MVA-B, pueda incluirse "entre la primera división de las vacunas contra el VIH" que se están investigando actualmente, al ser "tan potente como algunas y mucho más que otras muchas".
Lo que anima a los investigadores a continuar es que el fármaco es capaz de inducir defensas. Estas aparecieron en el 95% de los pacientes (normalmente responden en un 25%), "pero además, mientras que otras vacunas estimulan células o anticuerpos, este prototipo ha logrado estimular ambas", añade Bernaldo de Quirós del Gregorio Marañón.
diez años de ensayos El desarrollo de esta vacuna se inició hace 10 años y, en concreto, actúa sobre el subtipo B del VIH, el más prevalente en Europa y América. El primer estudio en fase I realizado en humanos ha incluido a un total de 30 individuos sanos, que fueron seleccionados del total de 370 voluntarios que se habían ofrecido a participar en esta pionera investigación. De estos, 24 recibieron por vía intramuscular la vacuna en tres dosis y, los otros seis, fueron tratados con placebo. En ambos casos, se hizo un seguimiento durante 48 semanas y, según observaron, el 90 por ciento de los casos desarrollaron una respuesta inmune que se mantuvo en el tiempo en la mayoría de ellos (85%).
Los investigadores realizarán ahora un nuevo ensayo clínico, esta vez con voluntarios infectados por el virus del sida, con el objetivo de conocer si este compuesto, además de prevenir, puede también servir para tratar esta enfermedad. "Hemos probado que sirve como vacuna preventiva y en octubre vacunaremos a personas infectadas por el VIH para ver si además el medicamento sirve para curar, porque los tratamientos antirretrovirales -combinación de tres fármacos- deben de tomarse de por vida, algo insostenible en continentes como África, donde el sida mata a millones de personas", añade.
cinco años de espera Una serie de factores animan a los investigadores a ser optimistas. Y es que hasta ahora el único ensayo de vacuna contra el VIH que ha llegado a fase III se ha realizado en Tailandia. "La respuesta inducida en fase I es hasta seis veces mayor".
Poniéndose en el mejor de los escenarios, el investigador calcula que tendrán que pasar como mínimo cinco años antes de iniciar los ensayos a gran escala de la vacuna (la llamada fase III). Y ni eso garantizaría que la inmunización vaya a funcionar. "Aún no se puede hablar de que MVA-B proteja frente al VIH".
Para seguir con los ensayos de esta prometedora vacuna, los investigadores buscan un acuerdo para conseguir financiación para el ensayo en fase II, que ya demostraría la eficacia y la dosis necesaria.