Bilbao

Algún día todos moriremos, pero yo moriré delgada y feliz". Anamía, "gurú de la moda y de la anorexia", replica a quienes en las últimas semanas han pedido cancelar su perfil en Twitter por fomentar los trastornos alimentarios. "Tengo más seguidoras desde que iniciaron esto. Con cerrar una cuenta no terminará, podemos abrir más y más", desafía esta joven, que dice ser comedora compulsiva desde los 8 años, bulímica desde los 15 y anoréxica desde hace medio año. "Quiero hacer una huelga de hambre por la libertad de expresión", teclea. Y suena irónico porque hay noches en las que tan solo cena un yogur light y medio litro de agua.

Camuflada bajo los alias enfermizos de Ana -anorexia- y Mía -bulimia-, esta twittera asegura que su intención es apoyar a quien ya padece estos trastornos y no promoverlos. Sin embargo, alguno de sus seguidores ha llegado a sentenciar que "la anorexia no es una enfermedad, sino una bendición". Tras la negativa de la red social a bloquear este tipo de perfiles, el Ministerio de Sanidad tratará de buscar el apoyo de la Unión Europea para atajar este creciente problema, sobre el que opinan varios expertos consultados por DEIA.

Idoia Martínez > psicóloga

"Dan trucos de cómo dejar de comer y es peligroso"

Idoia Martínez lo tiene claro. Las páginas que fomentan los trastornos alimentarios deberían ser cerradas. "Te pueden dar miles de trucos de cómo dejar de comer, cómo hacer para que los padres no se enteren, purgas y demás y eso es muy peligroso, sobre todo para los adolescentes que están empezando", advierte esta psicóloga, que colabora con la Asociación contra la anorexia y la bulimia de Bizkaia y que no entiende la difusión de ciertos contenidos. "Es como lo que aparece en internet de cómo hacer bombas o como si hay una incitación al suicidio colectivo. ¿Por la libertad de expresión se deja la página? Se debería cuestionar".

Pese a todo, rehúsa demonizar la Red. "Desde hace años nuestras chavalas vienen comentando que tienen muchas amigas en internet con el mismo trastorno, pero no siempre para mal, de manera enfermiza. También hay personas que acuden a la asociación porque han conocido a gente a través de internet que les anima a que busquen ayuda", constata esta profesional.

Tras alertar sobre el "aislamiento social" al que se ven abocadas estas pacientes -"terminan por no salir de casa y solo se relacionan con otros adolescentes a través de internet"-, Martínez señala que se introducen en estos foros en busca de información, apoyo y compañía. "El anonimato les permite decir todo lo que quieren. Ellas están llevando una doble vida, intentando ocultar determinadas cosas, y ahí no tienen por qué".

Idoia Dúo > psicóloga

"Buscan desesperadamente medios para perder peso"

Dice Idoia Dúo, psicóloga especializada en trastornos alimentarios, que la influencia de los blogs y perfiles proanorexia y probulimia "puede ser muy negativa, dado que están fomentando y reforzando conductas autodestructivas". Por eso, no duda en apoyar su clausura. "Deberíamos de seguir el ejemplo de otros países, donde este tipo de contenidos no están permitidos y, en cuanto se detectan, automáticamente se cierran", defiende.

Entre sus pacientes, detalla, ha habido quienes han llegado a estos foros "buscando información sobre la enfermedad" y quienes "claramente buscan de manera desesperada medios para conseguir perder peso, ya que, una vez la enfermedad se ha instaurado, la obsesión por adelgazar o por no engordar se convierte en el centro de sus vidas". Otras personas, en cambio, "se sienten atraídas en busca de una identidad, de un modelo de referencia. Las más vulnerables suelen ser las adolescentes con una pobre autoestima, que encuentran en estos espacios un enorme refuerzo", explica.

Aunque no son, ni mucho menos, los únicos responsables del inicio del trastorno, "las redes sociales o los medios que fomentan la delgadez extrema son un factor más que, sin duda, contribuye. Es importante luchar contra estos medios, pero más importante es educar a la población más vulnerable para evitarlos", aconseja esta psicóloga.

Charo Sádaba > periodista

"Cerrar una cuenta es tapar la boca a una persona"

Convencida de que "prohibir una cuenta en Twitter o un blog no va a impedir que ese contenido exista", Charo Sádaba, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, se muestra partidaria de preservar la libertad de expresión. "Cuando le decimos a una red social que cierre una cuenta le estamos pidiendo que tape la boca a una persona. ¿Y dónde ponemos el límite? Porque podemos considerar que las opiniones de alguien, siendo muy lícitas, pueden ser lesivas para un grupo determinado y entonces también queremos que cierren su perfil", plantea.

En su opinión, "hay otros mecanismos para proteger al menor" que deberían activarse antes de que se encuentre con estos foros proanorexia y probulimia en internet. "Hay que trabajar con los menores en el aula y en casa, y enseñarles a que se quieran, a que acepten su cuerpo, porque si no, ponemos el frente de batalla en cuestiones que son muy difíciles de controlar".

Coautora del libro Redes sociales: Manual de supervivencia para padres, Sádaba insta a los progenitores a que se interesen por lo que hacen sus hijos en el entorno virtual, preguntándoles, como hacen en la vida real, "quiénes son sus amigos en Tuenti". De esta manera, dice, "podemos detectar perfiles que nos parezcan raros o irles dando algún criterio". Ante la negativa de los hijos a agregar a sus padres, se puede recurrir a los hermanos mayores. "Les podemos pedir que de vez en cuando echen un vistazo al perfil del más pequeño para que no se meta en líos".

Ángel Padierna > psiquiatra

"La prohibición crea morbo y ganas de saltarse la norma"

Sabe que "la prohibición crea morbo y ganas de saltarse la norma", por lo que no considera "práctico" vetar las cuentas proanorexia en internet. "Incluso en algunos casos estas redes o páginas con el tiempo se orientan a grupos de apoyo en sentido positivo", afirma el psiquiatra del Hospital de Galdakao Ángel Padierna, quien hace tres años puso en marcha una red social privada en la que pacientes con trastornos de la conducta alimentaria comparten sus experiencias. "Han participado 20 o 30 personas, con una media de enfermedad superior a 5 años y varios ingresos psiquiátricos previos. La experiencia está siendo estimulante, dado que estamos observando recuperaciones superiores al 50% entre estas pacientes de mal pronóstico". A ello puede contribuir, dice, que sean testigos del proceso de recuperación de otras personas y que "les puedan informar de cómo viven después de superar el trastorno, de que no siguen ganando peso indefinidamente -uno de sus grandes temores-, sino que se estabilizan y ganan una vida de calidad".

Nada que ver con las competiciones por perder peso que organizan en otros foros. "Mañana: 200 calorías. ¡Podemos! Y así vamos todos los días con nuestras alas tocando un pedazo de cielo", anima una bloguera, que más tarde cuelga un estremecedor post: "Cierre de carrera y página por complicaciones graves de salud".