Bilbao. La Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao de la UPV/EHU comenzará el curso 2011-2012 este próximo lunes en su nueva sede en el Campus de Leioa. Estas nuevas instalaciones sustituirán a las antiguas del barrio Arangoiti de Bilbao, lugar en donde ha estado ubicada la escuela desde 1962. Según señaló ayer Gurutze Ezkurdia, directora de la escuela, "con este nuevo edificio la enseñanza de Magisterio de Bizkaia se sitúa en el lugar que le corresponde, es decir, en un edificio del siglo XXI que permitirá impartir una enseñanza de calidad en unas instalaciones de calidad".
De esta manera, los 2.085 estudiantes que se han matriculado para el curso 2011-2012 podrán formarse y estudiar en modernas instalaciones que han supuesto una inversión de 24 millones de euros, financiados por la UPV/EHU y la Diputación Foral de Bizkaia. El nuevo edificio ha sido diseñado por el arquitecto César Azkarate y dispone de una superficie de 33.669 metros cuadrados divididos en dos bloques.
Esta nueva infraestructura cuenta con 42 aulas, 16 seminarios, 5 salas de estudio, 106 despachos para el profesorado, 2 gimnasios, 4 aulas de informática, 17 talleres, así como con diversos espacios dedicados a dirección, administración y servicios entre los que se incluyen salas de reuniones, locales para asociaciones de estudiantes y despachos para técnicos. Además, también cuenta con un total de 360 plazas de aparcamiento distribuidos en dos plantas subterráneas.
Carmelo Garitaonandia, vicerrector de Campus de Bizkaia, subrayó que "el nuevo edificio de la Escuela de Magisterio supone un paso muy importante en el proceso de modernización del Campus de Bizkaia de la UPV/EHU y, en concreto, un gran avance en la profunda transformación del Área de Leioa-Erandio". Al diseño del edificio se le han aplicado una serie de medidas activas y pasivas que lo hacen más sostenible. En cuanto a las pasivas, la sección de la construcción juega un papel primordial al permitir el soleamiento en invierno y evitar los rayos solares en verano, generando además una refrigeración natural.
Por su parte, en cuanto a las medidas activas, destacan la utilización de un sistema de aprovechamiento del agua de la lluvia, la colocación de paneles térmicos solares, los criterios sostenibles de iluminación y la instalación de calderas de baja temperatura. Todo ello supondrá reducir las emisiones de CO2 en más de 450.000 kg. anuales y un ahorro aproximado de 107.000 euros al año en el consumo de energía.