donostia. "En radioterapia externa es una técnica puntera. Personalmente, creo que es la mejor, eso sí, para pacientes concretos". Jesús Rosa, médico del servicio de Oncología Radioterápica de Onkologikoa define con estas palabras la tomoterapia, una nueva forma de administrar radioterapia externa, única en Euskadi y con la que el año pasado se trató a 90 pacientes en este centro donostiarra. En lo que va de 2011 ya son 47.

El aparato que posibilita este tratamiento proviene de Estados Unidos y, según explica el doctor Rosa, se utiliza desde hace menos de diez años, aunque en Donostia lleva en funcionamiento desde julio de 2009. Poco a poco, su uso se ha ido extendiendo y, en estos momentos, además del que se sitúa en el Instituto Oncológico de Kutxa de la capital guipuzcoana, hay dos en el Grupo IMO (Instituto Madrileño de Oncología), uno en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid y otro en el Hospital Universitario de Salamanca. Cinco en todo el Estado.

"La tomoterapia es una nueva manera de administrar radioterapia. Es una radioterapia de intensidad modulada que, además, tiene un sistema de visión incorporado que se llama IGRT (radioterapia guiada por la imagen). Al año se tratan alrededor de 90 personas", apunta el doctor.

Entre las ventajas de este método pionero en Euskadi, Rosa subraya la posibilidad de modular y distribuir mejor las dosis de forma que se protegen los órganos que no se quieren tratar. "Por otro lado, gracias a este sistema de visión todos los días estás viendo lo que estás haciendo. Muchas veces se puede ver cómo el tumor se va retrayendo; ves en vivo cuál está siendo la respuesta al tratamiento", indica. Y es que, tal y como señala, esta técnica conlleva que cada vez que se trata al paciente se le realice un escáner que "asegura que la persona está posicionada correctamente, que lo que se quiere tratar está en su sitio y que lo que hay que proteger lo estás protegiendo".

Esta es una de las principales diferencias con respecto al método convencional de radiación en el que "se hace una planificación y todos los días se ejecuta el tratamiento de la misma forma en base a unas referencias óseas". "Sin embargo, con la tomoterapia todos los días se hace un escáner al paciente en el que se ven, además de los huesos, las estructuras internas -nervios ópticos, vejiga, etc.-, y en base a ellas se posiciona a la persona para tratarla", asegura.

los pacientes Los tratamientos suelen tener una duración de entre cinco y siete semanas, se aplican diariamente -de lunes a viernes- y tienen una duración aproximada de media hora. Pero, a pesar de las ventajas que aporta la tomoterapia, esta técnica no se aplica en todos los casos. El doctor Rosa insiste en que el aparato es para "casos seleccionados". "Dado que es una máquina especial, los pacientes tienen que tener unas características especiales. Básicamente, son personas cuyo tumor está cercano a órganos críticos, aquellos que si se lesionan luego no se pueden recuperar, cuyos daños serían definitivos. Son estructuras como los nervios ópticos, el tronco cerebral, la médula, la vejiga, el recto... Asimismo, esta terapia se inicia cuando los campos que hay que irradiar son muy grandes (más allá de 30 o 40 centímetros). La tomoterapia permite trabajarlo todo a la vez y no por trozos", señala.

En este sentido, el facultativo defiende que la tomoterapia es la "mejor técnica" de radioterapia externa, pero subraya que "no vale para cualquiera". "Hay pacientes que, si no fuera por este método, no se podrían tratar de otra forma. Eso ocurría hace dos años. Por eso, las seleccionadas tienen que ser personas que de otra forma no tendrían opciones. Hay casos en los que hay otras alternativas igual de buenas que esta y con los mismos resultados. De ahí la importancia de seleccionar y dejar las técnicas especiales para casos especiales, que los hay y muchos", asevera.

las comisiones ¿Y cómo y quién decide que un caso debe ser tratado con tomoterapia? El doctor Rosa describe que el proceso comienza cuando se diagnostica de un tipo de cáncer a una persona. "Puede venir diagnosticado de otro centro o ser diagnosticado aquí. Onkologikoa trabaja con lo que denominamos unidades funcionales, es decir, comités de tumores en los que participan oncólogos médicos, de radioterapia, cirujanos y patógolos. En estas unidades se consensúan los tratamientos para cada paciente, de modo que son totalmente personalizados", comenta.

Asimismo, si la persona a tratar proviene de Osakidetza, el caso se discute en una comisión en la que está representada la Dirección Territorial de Gipuzkoa, el Hospital Donostia y Onkologikoa. "En los casos de Bizkaia y Araba la autorización viene de las direcciones territoriales de cada territorio", añade. Una vez decidido que la mejor opción es la tomoterapia, cada día que se acude a recibir el tratamiento los técnicos posicionan al paciente "de forma exquisita", se le hace un escáner y recibe el tratamiento establecido, que oscila entre los 300 y los 1.200 segundos (entre los cinco y 20 minutos). "El proceso es absolutamente indoloro y el paciente se va a su casa. Así todos los días de lunes a viernes durante cinco, seis o siete semanas".