bilbao. El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha cumplido los pronósticos y ha elegido dos vicarios generales de distinto perfil político para que todas las sensibilidades de la Diócesis se vean representadas. Iceta ha hilado fino para conseguir un equilibro de fuerzas, colocando a un colaborador de su total confianza, Félix Alonso; sin olvidar las preferencias mayoritarias encarnadas por el actual vicario general, Ángel María Unzueta. Después de la consulta desarrollada en los últimos meses, el Obispado de Bilbao comunicó ayer la decisión. Uno de los elegidos ha sido el preferido por la feligresía, Ángel María Unzueta, de 58 años. La responsabilidad también ha recaído en la figura del actual canciller, Félix María Alonso, de 51 años, quien desde fuentes de la curia es calificado como el candidato de Iceta. Los nombramientos no son cuestión baladí ya que un vicario general es la máxima autoridad de una Diócesis por debajo del prelado y "es el alter ego del Obispo, por lo que es muy importante elegir pesos pesados del clero vizcaino", ponen de manifiesto fuentes diocesanas.

La elección de los vicarios se ha realizado tras un proceso de consulta calificado de "poco participativo" por un amplio sector de la Iglesia vizcaina que considera que "lo verdaderamente importante era participar en la elección del obispo y no en su equipo". Sectores consultados por este periódico también valoran como "normal" que Iceta se acompañe por dos vicarios ya que asumió en solitario el gobierno de la Diócesis y se ha quedado como titular sin que la Santa Sede haya designado un obispo auxiliar. Sin embargo, algunas fuentes estiman que "la elección de dos vicarios de distinto signo político solo provocará que se neutralicen entre sí".

Se resalta el valor simbólico de que el actual vicario general de la Diócesis, Ángel María Unzueta, conserve el puesto y permanezca como brazo derecho de Iceta. No en vano Unzueta es un auténtico factotum de la Diócesis y uno de los personajes que concita mayores apoyos.

una de cal y otra de arena Con preparación sobrada y experiencia cualificada -Licenciado en Geografía e Historia, ha sido encargado de Pastoral Vocacional y del Secretariado de Juventud, formador en el Seminario diocesano o auxiliar en la parroquia de San Antón de Bilbao-, Unzueta está considerado como uno de los discípulos de monseñor Juan María Uriarte. Además, cuenta con un gran predicamento entre el clero progresista y nacionalista al poseer una sensibilidad euskaldun más acusada. De hecho, Unzueta fue uno de los nombres barajados para ser obispo auxiliar.

Por su parte, la figura de Félix Maria Alonso, que hasta ahora ha ejercido como canciller, es desconocida. Diplomado en Magisterio, es miembro del equipo presbiterial del Casco Viejo; juez diocesano en el Tribunal Eclesiástico, canónigo de la Catedral y se dedica a temas de liturgia y Derecho Canónico.

En una carta a la Diócesis hecha pública ayer, Iceta comunica también quiénes serán los vicarios territoriales. Estos cargos, fundamentales para el gobierno de la Diócesis, han recaído sobre Kerman López y Félix Larrondo, que continúan al frente de sus respectivas zonas; y Antón Rey, nuevo vicario de la zona de Bilbao y José Agustín Maíz, de Durango y Gernika.

Desde que en 2008 Iceta fue nombrado obispo auxiliar, se sabía que era el elegido por la Santa Sede para dar el golpe de timón definitivo en la Iglesia vizcaina -despojándola de su barniz nacionalista y progresista- y que estaría con mando en plazo muchos años. Han pasado solo tres y los cambios se empiezan a consumar, prosperando la estrategia vaticana. Su política es clara: cambios tranquilos pero sin dar nunca un paso atrás.

En marzo acometerá la renovación del Consejo Presbiterial, el órgano que representa a los curas de la Diócesis para asesorar al obispo, y un mes después, reformará el Consejo Diocesano Pastoral, donde tienen acomodo los laicos y con el que el anterior prelado, Ricardo Blázquez, y el propio Iceta han mantenido serios roces.