Bilbao. Mucho antes de que los caminos de la era posmoderna llevaran a la sociedad a la vida del culto al cuerpo y las dietas, Jack LaLanne, experto en fitness, nutrición y entrenador motivacional esculpió, a través de la televisión, los cuerpos de muchos norteamericanos interesados en aquello tan nuevo: llevar una vida más sana y ser más guapos y atractivos a través del ejercicio y la nutrición. Allá por la década de los 50, Jack LaLanne, el considerado padre del fitness, fue capaz de hacer todo aquello y mucho más. Fue un icono de la superación física, del aprendizaje, de la motivación, de la modernidad. Se cuidó cada día de su vida, haciendo del ejercicio y de la dieta sana su rutina desde los 15 años, pese a que de pequeño era adicto a los azúcares y comida basura.
Pese a su frase estrella, "no puedo morirme porque eso arruinaría mi imagen", América se despertó ayer con la trágica noticia de la desaparición de uno de sus más sanos compatriotas: LaLanne murió víctima de una neumonía a los 96 años. El óbito ha acaecido en su residencia de California.
Según su hija Yvonne LaLanne, de 66 años, su padre ha fallecido "rodeado por su familia y sin ningún sufrimiento". Fue tal su fama que incluso Matt Groening le dio vida en un capítulo de Los Simpson.