Casi 11.000 jóvenes vascos perciben la ayuda de 210 euros para pagar el alquiler
Pese a la subvención, aún deben destinar a ese concepto casi treinta de cada cien euros de sus ingresos
Bilbao. Las miserias y estrecheces provocadas por la indiferente crisis económica y el complicado mercado de trabajo durante estos últimos inviernos siguen nutriendo y sustentando este año con generosidad a la ciudadanía y, en especial al segmento poblacional de la juventud. Ellos, los jóvenes, consiguen recibir una nómina después de sacrificios y sudores y, como consecuencia, no pueden independizarse del núcleo familiar cuando lo desean; y si se arriesgan a volar del nido antes de tiempo excitados por un salario mileurista deben hacerlo tomando impulso en las ayudas que las administraciones ponen a su alcance.
En los tres Territorios Históricos de la Comunidad Autónoma Vasca casi once mil jóvenes de entre 22 y 30 años percibieron el pasado ejercicio la subvención de 210 euros que el Ministerio de Vivienda les concede cuando acceden a una vivienda en régimen de alquiler. En concreto, según los datos estadísticos hechos públicos ayer, un total de 10.709 cobraron la Renta Básica de Emancipación (RBE) de los que, más de la mitad (6.409) fueron chicas; asimismo, otra de las conclusiones que se desprende es que, casi la mitad (5.036) de estas ayudas fueron concedidas en Bizkaia.
Unas cifras elevadas, tal y como apunta Urtzi Ugalde, responsable del Área de Condiciones Materiales del Consejo de la Juventud de Euskadi en el que se incluyen apartados como el de la Vivienda y el de las Ayudas Sociales. A su entender, todas estas ayudas destinadas a que la juventud pueda independizarse y formar un núcleo convivencial propio no son el bálsamo de Fierabrás y, además, ponen en tela de juicio la política real de las instituciones competentes, encargadas de garantizar y hacer cumplir el derecho a una vivienda digna.
Dice Ugalde que "son parches que pueden ayudar en un mínimo a la gente joven, pero el asunto de la vivienda es un problema estructural". Gracias a esos 210 euros, más de diez mil pueden pagar cada mes los recibos del alquiler y pueden hacer frente al resto de pagos obligados: luz, agua, electricidad, la cesta de la compra,... Sin embargo, tal y como insiste el portavoz del Consejo de la Juventud de Euskadi "no es una alternativa integral o una solución a largo plazo. Es una ayudita a corto plazo".
Esfuerzo de la emancipación De hecho, y según los datos incluidos en el informe relativo a la Renta Básica de Emancipación elaborado por el Ministerio de Vivienda, gracias a este cheque los perceptores de esta limosna son capaces de reducir a la mitad la cantidad de su salario que deben destinar a abonar el alquiler de la vivienda en que residen. En concreto, y siempre atendiendo a los porcentajes facilitados, "el porcentaje que representa el pago del alquiler sobre los ingresos percibidos es del 43,2%" cuando no reciben los 210 euros de ayuda pública; sin embargo, para aquellos que son beneficiarios de la RBE, esa tasa se reduce hasta el 28,7%.
Es decir, que de cada cien euros que entran en el hogar, unos deben guardar casi cincuenta para pagar el alquiler y otros, no llegan a los treinta. "Se ve que la gente necesita de estos parches y esos números así lo reflejan", analizaba Ugalde en declaraciones a DEIA. En una comparativa a nivel estatal sobre el porcentaje de ingresos destinados al pago del alquiler, la Comunidad Autónoma Vasca se sitúa únicamente por detrás de Madrid (30,2%) y Baleares (29,3%). Además, la media del esfuerzo de emancipación de los jóvenes vascos con la ayuda fue también superior a la estatal, que fue del 24,3%. "La vasca es la octava comunidad que más pagos registró, detrás de Cataluña, Madrid, Andalucía, Castilla y León, Galicia, Valencia y Castilla-La Mancha", destacan en el balance sobre la Renta Básica de Emancipación.
Alternativas integrales En este sentido, el responsable en materia de Vivienda y Ayudas Sociales del Consejo de la Juventud de Euskadi, agregaba que "aunque hay demasiadas variables dentro de los datos, no es un sistema que vaya mal porque ayuda a la juventud a tener acceso a una vivienda". En cualquier caso, Ugalde insistía en que "las alternativas integrales que habría que dar [por parte de las administraciones competentes] al problema de la vivienda no pasan solo por este tipo de parches".
Así las cosas, Ugalde abogaba por movilizar y optimizar los recursos existentes al tiempo que urgía a la clase política vasca a impulsar una dinámica que proteja a la juventud cuando quieran abandonar el domicilio familiar; si bien para ello, enfatizaba el portavoz del Consejo de la Juventud de Euskadi, sería necesario ofrecer soluciones más generales, universales o, cómo el calificaba, "de carácter integral".
Se refería, básicamente, a la utilización de la vivienda ya construida pero que permanece vacía y al impulso del alquiler social. "Utilizando todas las viviendas vacías que hay se podría dotar a los jóvenes que la necesitan. No habría ni que construir mucho más. Luego estaría, claro, la rehabilitación de esas viviendas para que sean de calidad y no infraviviendas", aclaraba el portavoz del Consejo de la Juventud de Euskadi."Lo que queremos es garantizar el derecho a la vivienda no solo de las dos próximas generaciones, sino de las que vienen por detrás. Habría que mirar muy bien el tema las viviendas de protección destinadas al alquiler y sobre todo la rehabilitación y la utilización de la vivienda vacía. Habría que movilizar esos recursos", zanjaba Ugalde.
En este sentido, y con un anteproyecto de Ley que definirá las actuaciones futuras en materia de vivienda en la Comunidad Autónoma Vasca, desde el Consejo de la Juventud de Euskadi anuncian su intención de estudiarlo con detenimiento y de proponer a los responsables del Departamento que dirige Iñaki Arriola todas aquellas cuestiones que estimen oportunas para mejorar el actual panorama y tratar de evitar que casi once mil jóvenes vascos se vean obligados a solicitar a Madrid la Renta Básica de Emancipación para suavizar los efectos de los elevados precios de los alquileres en sus salarios.
"Por un lado -manifestaba sobre la política del Gobierno vasco- dicen que hay que fomentar el alquiler, pero siguen construyendo mogollón. Será algo positivo para insuflar oxígeno al sector de la construcción y la economía, pero no realmente para garantizar el derecho a la vivienda", concluía Ugalde.
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