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"El EGA no es café para todos"

El presidente de Euskaltzaindia analiza los pros y contras de la iniciativa del Gobierno vasco de conceder el EGA a los graduados euskaldunes, un proyecto impulsado por el tripartito la pasada legislatura y que ahora ha puesto de plena actualidad la solución a una injusticia histórica

"El EGA no es café para todos"Foto: Oskar Martínez

Bilbao. El Gobierno vasco proyecta conceder el EGA a los graduados universitarios y un perfil intermedio al finalizar la ESO entre el alumnado de modelo D. ¿Qué opinión le merece la medida?

Retomar esa idea como base de discusión me parece una idea práctica y buena. Pero lo que ocurre con las buenas ideas es ver cómo se matizan y desarrollan, y creo que aquí hay mucho que matizar. Parece lógico que a alguien que ha estudiado en euskera no se le pida además un certificado de aptitud en euskera, cosa que no ocurre con otras lenguas normalizadas. Si parto de este principio, que para mí es claro y diáfano, la cuestión es saber qué, a quién y de qué forma, es decir, qué título se da, a qué alumno y de qué forma. Por tanto, retomar la idea me parece razonable. ¿Desarrollarla? Creo que hay que buscar un cierto consenso y que el Gobierno debe hablar con los interlocutores del mundo del euskera para ver de qué manera se puede articular de una forma ágil algo que sea útil para quien lo va a recibir y, a su vez, no suponga un desdoro para el euskera.

¿Cree los universitarios y bachilleres de D tienen los conocimientos de euskera que realmente acreditan el EGA o un perfil lingüístico?

Como en botica hay de todo, alumnos más aventajados y otros menos. Pero si hacemos la media, los modelos D y B sí generan un nivel suficiente para tener un cierto título de euskera. Lo de la universidad puede ser más peliagudo. Soy profesor de la Facultad de Derecho e imparto mis asignaturas en euskera a alumnos de 4º y 5º que, en teoría, han cursado la mayoría de sus créditos en euskera. ¿Significa que tienen un buen nivel de euskera? Sí tienen un buen nivel de euskera, pero no todos tienen el mismo nivel. ¿A todos hay que darles el mismo título? Probablemente no. Aquí es donde entran los matices, ¿a quienes?, ¿se les dará en función los créditos o en función de su conocimiento?, ¿en esa carrera han tenido créditos específicos que les hayan procurado los utillajes de un euskera técnico? Aquí hay muchos interrogantes y hay que ver programas, contenidos curriculares, y en función de esto hacer matizaciones. Y no lo digo por prudencia, lo digo por convicción porque todos los años me encuentro con que la mayoría de mis cien alumnos responde perfectamente, y tiene un nivel válido para trabajar y expresarse en euskera, pero siempre hay gente a la que le cuesta un poco más.

¿Cómo se debería evaluar, sin hacer un examen, para probar esos conocimientos?

No creo que se deba evaluar mediante un examen. Aunque la idea sea buena, no se puede generalizar sin matizar y, por tanto, hay que establecer mecanismos de evaluación a través del currículum que midan la aptitud lingüística en las asignaturas que cursa en euskera para comprobar si tiene el nivel o no. Lo que digo es que hay que matizar, aquí no vale el café para todos.

Dice que en la Obligatoria -modelo B y D- el alumnado sale con un conocimiento suficiente de euskera. Sin embargo, a día de hoy, siguen sin estar fijados los objetivos lingüísticos a alcanzar, objetivos que, en definitiva, son los que se pretende acreditar con un título oficial. ¿Antes de generalizar la concesión de título, el Gobierno vasco debería definir esos objetivos lingüísticos?

Yo creo que sí, pero no sólo para el euskera, sino también para el castellano y para el inglés. Hoy en día la importancia de la lengua en el diseño curricular es vital y básica, y más en un país que es oficialmente bilingüe y de facto trilingüe. Yo creo que sí, hay que establecer un recorrido lingüístico para los tres idiomas, porque es el que tiene que posibilitarnos la evaluación continuada de ese alumno. Si lo que pretendemos es dejar atrás el examen de EGA y tender hacia una mayor flexibilidad y valorar los méritos que esa persona hace, desde el punto de vista del euskera, creo que la solución es establecer un diseño curricular adecuado y luego un sistema de evaluación continua adecuado. Además, éste es el camino que nos está marcando Europa con Bolonia. A partir de ahí, no se puede generalizar, hay que matizar, pero creo que es buena idea que las destrezas lingüísticas que un alumno ha ido manifestando a lo largo de su recorrido curricular le permita optar a través de una evaluación continuada a un título de este tipo.

¿El Gobierno vasco ya se ha puesto en contacto con Euskaltzaindia?

No. Daremos nuestra opinión cuando nos la soliciten, para nosotros es un tema de gran interés, porque nosotros hemos expedido miles de títulos B y D aunque no se han incluido en el reciente Decreto de Convalidación, es decir, Euskaltzaindia ha trabajado en este campo durante muchos años y Euskaltzaindia siempre estará dispuesta a dar su opinión si es consultada, pero por ahora, no hemos recibido ninguna consulta de este tipo.

De lo poco que ha trascendido, parece que el Gobierno vasco pretende poner en marcha la medida a partir del curso que viene, ¿es tiempo suficiente, a tenor de la gran tarea que hay que hacer?

La verdad es que sin saber la letra pequeña de la disposición es muy difícil juzgar lo que van a hacer. Lo que ha transcendido han sido grandes titulares. Hay que esperar un poco a que expliciten la iniciativa, ver si cuaja, si no cuaja o se queda en nada. Pensar que, en definitiva, se va a generalizar las acreditaciones no me parece del todo adecuado.

En el caso de que, finalmente, se imponga la tesis de que se generalicen las acreditaciones, ¿esto podría afectar negativamente a la calidad del euskera?

Sin lugar a dudas, si no hay un diseño curricular adecuado y una evaluación continuada de las destrezas lingüísticas del alumno, evidentemente, desprestigiará el título y puede incidir negativamente en el prestigio del euskera. Todo dependerá de cómo se desarrolle y de esa letra pequeña que todos estamos esperando.

¿Se imagina una entrevista en los mismos términos con el presidente de la Real Academia de la Lengua Española?

No, usted no estaría hablando con el presidente de la Real Academia de un tema así. Probablemente podría hablar con el presidente de la Real Academia Gallega o con el del Institut d"Estudis Catalans, y con éste menos, porque esta cuestión denota los diferentes grados de normalización social de la lengua. De ahí en adelante, lancemos ideas, desarrollémoslas, hagamos cosas, pero con los pies en la tierra.