"Hay que decir a las mujeres que del maltrato se puede salir y hacerlo te fortalece como persona"
Sonia Franco, de Acovidem, lanza un mensaje en positivo para que se denuncien los casos de violencia
bilbao. Sonia Franco no pretende ser modelo de nada y para nadie, pero mirado desde fuera sí es un referente de cuál puede ser el pulso personal, familiar y social del maltrato de género y de su salida en dirección positiva hasta llegar a una solución. Es cierto que ella da la versión de la víctima, pero en ningún momento se perciben resentimientos ni anhelos vengativos, aunque sí una clara posición de no olvidar. Y ella no sólo ha hecho su propio camino para salir del pozo, sino que cuando lo ha conseguido quiere hacer copartícipe a otras mujeres en situación de maltrato del camino que pueden tomar para vencer tanto lo sucedido, como, sobre todo, sus recuerdos y sinsabores.
Sonia es una de las integrantes de Acovidem, (Asociación Contra la Violencia Doméstica y en Defensa del Menor), la primera organización de víctimas de la violencia de género de la CAV, que nació en Donostia en marzo de 2006 con el fin de poner voz en primera persona a esta lacra social, "al tiempo que servir de punto de apoyo y orientación a otras personas en nuestra misma situación".
Más que bueno, es estupendo, subraya Sonia, que haya calado en nuestra sociedad la conciencia de que el maltrato por razón de género no es un delito pasional, sino un delito a palo seco, puro terrorismo.
Esta mujer de 37 años lo sufrió en primera persona durante años hasta que en 2000 se armó de valor y decidió poner punto y final a su larga pesadilla. "Fue cuando recibí el primer guantazo; me separé el día que me puso la mano encima. A partir de ese momento y, al echar la vista atrás, me di cuenta de todo lo que había sufrido y aguantado", relata.
violencia sicológica Si el maltrato físico es sangrante, aún lo es más el psicológico, "porque es muchísimo más complicado de detectar. Además, antes de recibir el primer golpe, la mayoría de las mujeres sufrimos violencia psicológica, lo que ocurre es que no somos conscientes de estar padeciéndola. Y no somos conscientes porque ellos han bajado nuestra autoestima de tal modo que acabamos pensando que nosotras tenemos la culpa de lo que está sucediendo", dice por propia experiencia.
Por eso Sonia destaca la importancia de lanzar mensajes en positivo a las mujeres que, como ella, han sido y están siendo víctimas de la violencia por razón de sexo. "Para mí, es fundamental decirles a las maltratadas que se puede salir del pozo negro en el que se encuentran y que se sale superfortalecida como persona. Merece la pena pasar por el mal trago de la denuncia y de todo lo que conlleva el proceso porque vuelves a sentirte mujer. Además, en estos momentos hay una red social que protege a las maltratadas", apostilla.
Aunque reconoce la dureza psicológica que supone llevar a los tribunales al maltratador, Sonia anima a las víctimas de esta violencia a que denuncien a su agresor. "Si no lo haces, todo lo que has sufrido es inútil. No sólo lo tienes que hacer por ti misma, sino también por tu entorno. Cuando eres capaz de darle la vuelta a la situación, esa persona tiene lo que se merece. Al denunciar a mi marido -confiesa Sonia- y salir culpable tuve una sensación de bienestar tremenda. Has peleado por todo lo que te han hecho y al final el verdugo tuvo su merecido castigo".
Recuperar la autoestima suele ser una misión casi imposible para las víctimas de violencia de género, pero es el primer paso para rehacer su vida. Sonia siempre decía que tras la dura experiencia vivida no volvería a tener nueva pareja. Sin embargo, desde hace un año ha vuelto a compartir sus inquietudes con otra persona. "Siempre te quedan miedos; no había tenido ninguna relación en seis años, pero ahora disfruto con un amigo y estoy superilusionada. Es cierto -continúa explicando- que necesité cerrar un capítulo de mi vida y abrir otro; se precisa tiempo para recuperarse. Pero, una vez pasado todo este proceso, la vida puede volver a sonreírte. Ahora estoy muy feliz, muy tranquila con mi vida".
cambio social Consciente de que se ha producido en pocos años un importante cambio social en relación a la permisividad del maltrato hacia las mujeres, Sonia muestra su inquietud porque a la Asociación les llegan demasiadas jóvenes. "Los chicos y las chicas están haciendo suyos los roles de sus progenitores y esto es un error que no estamos consiguiendo cambiar. En el transfondo de la violencia que se ejerce contra las mujeres se haya la situación de desigualdad en que se encuentran en la sociedad los dos sexos", sostiene.
Se muestra satisfecha del trabajo que realizan en Acovidem. "Es del todo gratificante poder ayudar a otras mujeres a salir del círculo vicioso del maltrato. Porque primero te agreden y después te piden disculpas. Además, algunos casos que nos llegan son sangrantes. Y lo son porque te hacen recordar muchas de las situaciones por las que has pasado tú misma", explica Sonia al referirse al de una mujer madura que llevaba 19 años siendo vejada psíquica y físicamente. "Al preguntarle porqué no había dejado antes a su marido, su respuesta fue letal: por pena". Éste es un caso que se repite con frecuencia. "Al final, a las mujeres nos dan pena y les damos otra oportunidad. Por eso el mensaje tiene que ser claro: no más oportunidades. Esa oportunidad puede ser la última y llevarte a la tumba", sentencia.
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