La vicepresidenta tercera del Gobierno español, Nadia Calviño, enfrió ayer la mitad de los fondos europeos al situar en un futuro la aceptación por parte del Estado español de los 70.000 millones que vendrán en concepto de préstamo y no a fondo perdido. Con su apuesta, Calviño evita asumir ahora la deuda y la deja para un futuro gobierno. En declaraciones a RNE, la ministra económica Calviño ha insistido en la necesidad de unos nuevos Presupuestos, entra otras razones porque España “necesita un vehículo” para todas las inversiones que se puedan financiar con los fondos que llegarán de Europa.

Calviño aseguró que el Ejecutivo no renuncia a pedir créditos a Bruselas en el marco de los fondos europeos. De hecho, como ya ha dicho en varias ocasiones la idea del Gobierno es ejecutar los 72.000 millones de euros de transferencias entre 2021 y 2023 de la cifra total de 140.000 millones de euros que corresponden al Estado, y si es necesario, pedir créditos más adelante, en una segunda fase. “Las transferencias solo se pueden ejecutar en el periodo 2021-2023 y la prioridad es ejecutar las inversiones que se puedan hacer con estas transferencias, pero para los créditos tenemos un periodo de seis años. Podemos hacer un plan en dos fases y eso es lo que hemos planteado”, aclaró tras las informaciones de El País que apuntaban a que renuncian por ahora a los fondos prestados.