Lo que no había conseguido separar el océano lo ha separado el coronavirus. El devastador efecto de la pandemia en todo el mundo ha provocado limitaciones en las fronteras y ha dejado en suspenso varias líneas aéreas, lo que también obliga al Gobierno vasco a replantear su agenda internacional, clave a nivel político para proyectar la imagen de Euskadi, y a nivel económico para atraer inversiones, facilitar la implantación de empresas vascas en el exterior o captar turistas. Fuentes de Lehendakaritza y del departamento de Desarrollo Económico que dirige Arantxa Tapia adelantan a DEIA que ninguno de los dos tiene en agenda viajes internacionales para los próximos meses. Tener presencia física es algo inviable en el futuro inmediato mientras la pandemia se mantenga en los actuales parámetros y no exista vacuna.

Los viajes gubernamentales son relevantes en la medida en que suponen una carta de presentación y sirven para tejer complicidades en persona con altos responsables económicos y políticos, pero las mismas fuentes abogan por "replantearlo" y destacan que no es el único resorte a su alcance.

La idea en estos momentos es intentar que la cobertura internacional se resienta lo menos posible por otras vías. En el plano económico, ponen en valor el catálogo de servicios para ayudar a las empresas, que sigue en pie y que orbita en torno a las oficinas de la Spri ya instaladas en otros países (de manera que sortean la dificultad de viajar porque ya trabajan sobre el terreno). Destacan el apoyo a las empresas en la internacionalización o exportación, la red de contactos e información que ofrece la Spri para saber a qué puerta llamar en cada país, y los programas y ayudas económicas, como los que pone en marcha Basque Trade & Investment, la Agencia Vasca de Internacionalización. La red se extiende por más de 80 países. En el plano político, habrá que recurrir a la vía telemática para forjar contactos internacionales, y también servirán de apoyo las delegaciones del Gobierno vasco ya instaladas en los países para dar cobertura a la diáspora.

El coronavirus interrumpe la proyección ascendente del lehendakari a nivel internacional. Había dado un salto cualitativo: asumió el liderazgo a nivel europeo en materia de acogida de migrantes con su propuesta Share, plan que presentó ante el Vaticano, y destacó con su participación en el High Level Political Forum de la ONU en Nueva York. Antes de que estallara la pandemia, trabajaba en su primera misión a Japón tras haber roto el hielo con varios gobernadores del país.

"La mayor dificultad en este momento es el movimiento físico", explican desde la consejería de Tapia, donde añaden que, no obstante, "la Agencia Vasca de Internacionalización continúa y, dentro de la Spri, sigue con todo su catálogo de servicios; el apoyo es casi total". Los viajes del Gobierno vasco son solo la punta del iceberg, la parte más vistosa para los medios de comunicación, pero no la única vía. Apuntan al apoyo logístico que brinda la Spri a través de sus oficinas, que ofrecen contactos e información sobre el país en el que se encuentren. Las limitaciones en el movimiento afectan a todos. La muestra más patente es el aplazamiento de la feria de Hannover hasta abril de 2021, la feria industrial más potente del mundo. También habrá problemas para cualquier empresa vasca que quiera ahora mismo abrir una planta nueva en otro país, porque tendrá que viajar con su equipo, es probable que no tenga vuelos disponibles, o que le exijan una cuarentena preventiva. La Spri sí puede ayudar a preparar las gestiones a esas empresas para dar el salto en un momento más propicio, u ofrecer un paraguas a aquellas que ya están instaladas en esos países y tienen algún tipo de consulta. Las subvenciones económicas también se mantienen.

Proyección de Urkullu

La estrategia Euskadi Basque Country ha tenido en los últimos años un papel destacado en la actuación del Gobierno vasco y en coordinación con la secretaria de Acción Exterior, Marian Elorza. Prueba de la importancia que tenía en los planes del lehendakari fue la decisión de Urkullu de asumir en primera persona varios de los contactos internacionales, lo que le ha permitido posicionar el modelo vasco en el escaparate mundial y codearse con representantes de estados aunque Euskadi no lo sea. El ascenso fue meteórico. En apenas tres años, el lehendakari se reunió con el entonces líder de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; explicó su plan europeo de acogida compartida de migrantes al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y participó en una audiencia pública con el Papa Francisco, un referente moral para un sector importante de la población mundial; participó en el foro de la ONU para exponer el grado de cumplimiento de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible en Euskadi; recibió un espaldarazo del alto representante para la Alianza de Civilizaciones, que escogió a Euskadi como sede de un proyecto piloto contra la radicalización; y se reunió con el entonces presidente argentino, Mauricio Macri, y con el presidente chileno, Sebastián Piñera.

El Gobierno vasco trabajaba antes de la pandemia del coronavirus en un viaje a Japón para estrechar lazos con el país asiático. El terreno lo venía preparando desde hacía meses y las relaciones se estaban estrechando con la velocidad del relámpago. Los encuentros con los gobernadores de Mie y Fukushima anticipaban las intenciones del Gobierno vasco, que fueron confirmadas por este periódico y truncadas por el virus. La única cita que tiene por ahora el lehendakari en el calendario es un seminario por videoconferencia el 30 de octubre en la Universidad George Washington de Estados Unidos, para exponer la gestión durante los últimos meses. "Una agenda internacional como la que teníamos antes es imposible", admiten desde el entorno del lehendakari.

El pacto PNV-PSE mantiene la apuesta por un Plan de Internacionalización Empresarial 2025, reforzar la red exterior del Gobierno vasco, firmar acuerdos bilaterales con regiones estratégicas del mundo, profundizar las relaciones dentro de la Eurorregión Euskadi-Aquitania-Navarra, reforzar las delegaciones y participar en la Unión Europea.