Juan Carlos I quería casarse con Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Así lo afirma la empresaria alemana de origen danés en una entrevista concedida a la BBC, en la que confiesa que temió que ello desestabilizara la monarquía española.

La que fuera amiga del emérito relata que se conocieron en una fiesta de tiro en febrero de 2004 y ayudó al rey con su arma, porque al parecer tenía problemas con ella. "Yo sé bastante sobre eso, por lo que le podía explicar qué era lo que fallaba. Creo que quedó bastante sorprendido", comenta.

Tras coincidir públicamente en una entrega de premios en Barcelona en 2006, hablaron por teléfono "durante unos meses". La primera cita entre ambos fue "a principios de verano" de ese año. "Siempre nos reíamos mucho. Conectamos de inmediato en muchas cosas y teníamos muchos intereses en común: la política, la historia, la buena comida, los vinos...", explica.

Recuerda que entonces era madre soltera de dos hijos, vivía en Londres y acababa de emprender su propio negocio de consultoría. "El primer año fue más difícil porque yo estaba muy ocupada y él tenía una agenda completa, pero me llamaba hasta diez veces al día", relata.

Se solían encontrar en Madrid, "en una casita de campo dentro de la finca y viajábamos juntos. Inmediatamente se convirtió en una relación muy fuerte, profunda y significativa".

Respecto a la relación del emérito con Doña Sofía, Corinna comenta que le dijo que "tenían un acuerdo para representar a la Corona, pero que llevaban vidas totalmente diferentes e independientes. Y el rey acababa de salir de una relación de casi 20 años con otra mujer que también ocupó un lugar muy importante en su corazón y su vida".

Propuesta de matrimonio

En 2009, Juan Carlos I visitó al padre de Corinna. "Me llamó y me dijo que el rey había ido a visitarle y que estaba muy enamorado de mí y que pretendía casarse conmigo", desvela a la BBC. "También le dijo a mi padre que no podía hacerlo enseguida, que llevaría un tiempo".

Ese mismo año el rey emérito le pidió que se casara con él, dice. "Obviamente, cuando algo así sucede, es muy emotivo". No obstante, aunque apunta que ella también estaba "muy enamorada", temió que "podría desestabilizar la monarquía". "Por eso nunca llegué a perseguir la idea de la boda. Solo lo tomé como una prueba de la seriedad de la relación". Poco después la relación terminó.