BILBAO. Mariano Rajoy. Una España mejor. Este es el libro que ha publicado la pasada semana el expresidente del Gobierno español, lo que le ha llevado a realizar una gira de presentación por diversos medios de comunicación. El que fuera líder del PP desvela en su publicación detalles inéditos sobre la aplicación del 155 en Catalunya, el malestar con José María Aznar en determinados momentos o su escaso feeling hacia Pablo Casado. Además, revela que el lehendakari, Iñigo Urkullu, le pidió el acercamiento de presos de ETA, a lo que él se negó porque “no se le debía nada” a la banda y se debía disolver sin que hubiera ninguna compensación.

Rajoy fue interpelado en una entrevista en la Cope sobre el final de la organización armada, un hecho que, según manifestó, fue “una gran satisfacción” sobre todo por el hecho de que ETA procedió a su disolución “a cambio de nada”. El expresidente español explicó que antes de que se llegara a la disolución de la banda el lehendakari Urkullu estaba “empeñado” en acercar a presos a las cárceles de Euskadi, algo a lo que él se negó porque entendía que la banda se tenía que disolver sin ningún tipo de contrapartida. “Había gente que decía que era un intransigente al tomar esta decisión, pero ETA se disolvió a cambio de nada”, resumió.

Rajoy desligó totalmente al PNV de ETA y de los métodos coercitivos y violentos utilizados por la banda a lo largo de su historia, por lo que aseguró que no entendía las reclamaciones de acercamiento de los presos por parte del partido jeltzale y del jefe de Ejecutivo vasco. “El PNV no estaba a favor de ETA ni de sus métodos, pero entonces no se por qué había que acercar los presos de ETA. No sé qué se les debía, ni por qué había que hacerlo”, argumentó, al tiempo que puso en valor que al final, “con firmeza”, la banda se disolvió.

El mismo día que ETA anunciaba su desaparición, Rajoy comparecía ante la prensa para asegurar que no iba a haber ningún cambio en su política penitenciaria. A este respecto señaló que “hoy cuando ETA ha anunciado por fin su desaparición hay que tener un pensamiento para las víctimas, para todas. Nada justifica tanto dolor y tanta impiedad y no está en ningún caso hacer gesto alguno con los presos etarras ni a corto ni a medio plazo”.

Catalunya y el 155

Al ser preguntado por la crisis política en Catalunya en octubre de 2017 con la celebración del referéndum soberanista del 1-O y la subsiguiente aplicación del artículo 155, Rajoy admitió que no fue una decisión fácil y se planteó como “último recurso” tras la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) por parte del Parlament de Catalunya. “Lo bueno de la aplicación del artículo 155 es que hoy todo el mundo sabe que la nación tiene instrumentos para defenderse de quienes atacan su unidad y su soberanía. Lo saben sobre todo los secesionistas, son los que mejor lo saben”, reflexionó, aunque reconoció la dificultad del momento, ya que su Gobierno puso en marcha un artículo que “parecía que estaba de adorno”.

Sobre la relación que mantuvo con el expresident de la Generalitat Artur Mas, Rajoy indicó que celebró varias reuniones en una vivienda del dirigente catalán para verse de forma informal y discreta. Asimismo, lamentó que su partido, Convergència, se “tragara el veto” de las CUP en 2016 y “aceptara el chantaje” para elegir a Puigdemont como president de la Generalitat en detrimento de Mas.

Por lo que respecta a Puigdemont, destacó su “intransigencia”, ya que era “imposible negociar con él”. “Lo único que decían era que tenía que haber un referéndum sí o sí, todo lo demás era irrelevante”, argumentó Rajoy.