BILBAO - “Extraño a Ginobili pero qué lindo juega Argentina y qué maravilla que siga Scola”. Pablo Iglesias tuiteaba sobre el Mundial de baloncesto mientras el equipo negociador de Podemos y el del PSOE certificaban que el consenso para evitar volver el 10 de noviembre a elecciones es casi una quimera. En una atmósfera hostil y entre un constante cruce de reproches, las casi cuatro horas de reunión entre sendas formaciones acabaron ayer en un nuevo fracaso con ambas partes graníticas en sus postulados e incapaces de moverse de posición: mientras los socialistas piden un pacto programático sin coalición, los morados siguen exigiendo entrar en el Ejecutivo. Con las relaciones prácticamente rotas, solo una mayúscula sorpresa evitaría que el próximo día 23 no se convocaran automáticamente los comicios en tanto que “no hay vía para alcanzar un acuerdo”, admitió Adriana Lastra, portavoz parlamentaria de la fuerza liderada por Pedro Sánchez. “No vemos salida a esta situación por la negativa de Podemos a la opción que les proponemos”, rubricó; al tiempo que Pablo Echenique, miembro de la delegación negociadora morada, censuraba que “el PSOE no se mueve de su planteamiento de formar un Gobierno de partido único como si tuviera mayoría absoluta”. “Nos han dicho que si no aceptamos ese marco, entienden que no debe haber más reuniones”, precisó el dirigente de Podemos, que descartó una “investidura gratis” de Sánchez e ir a la oposición. Intercambio de culpas que deja el objetivo en saco roto.

La divergencia llega al punto de no saber si habrá otro encuentro para intentar el milagro. “Nos parece un error y una irresponsabilidad la decisión de levantarse de la mesa. Esto aboca al país a elecciones. Nos hace sospechar que esta era la intención de Sánchez desde el inicio de las negociaciones. Esperemos que rectifiquen y expliquen por qué lo que era posible en julio ya no lo es”, manifestó Echenique. “Podemos tiene que reflexionar sobre lo que no se merece este país, que son nuevas elecciones. Y si va a permitir que haya un Gobierno progresista o va a impedirlo otra vez. Nos sentaremos las veces que sean necesarias”, replicó Lastra. La formación de Iglesias trata de regresar al escenario de julio, y el PSOE se niega en redondo. El círculo vicioso que no cesa desde hace mes y medio sin avanzar un solo centímetro pese a que desde uno y otro lado hablan de que mantienen “un tono cordial” en sus conversaciones. Para más inri, ayer no hubo siquiera el intercambio de papeles prometido. El día de la implosión definitiva puede llegar hoy, con el debate en el Congreso sobre el bloqueo político, y presentes ambos líderes, que solo tienen previsto verse cara a cara “si es para firmar un acuerdo”. “Como no existe, la reunión no se dará, es evidente”, zanjó Lastra.

El PSOE reiteró su rechazó a la coalición para empezar a negociar y Podemos le pidió discutir ese asunto y el programa conjuntamente. “Unidas Podemos tiene que estar en una posición más flexible, están muy inflexibles... pero tenemos que tener al presidente investido la semana que viene”, afirmó Carmen Calvo, la vicepresidenta en funciones, antes de arrancar la cita minutos antes de las 11.00 horas acompañada de Lastra y de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. “No aceptaremos chantajes”, advertía simultáneamente Iglesias. Unidas Podemos está dispuesta a aceptar la última oferta que les hizo Sánchez: una vicepresidencia social y tres ministros. Aunque también se muestra favorable a negociar nuevas estructuras para que ambos partidos compartan el Consejo de Ministros. “No se entiende que lo que valía entonces no valga ahora”, puntualizó Echenique. “Todo tiene un límite, no se puede ceder hasta el infinito. Si el PSOE vuelve a julio, y añade las Políticas de empleo o están dispuestos a explorar competencias en transición energética estamos dispuestos a negociar el acuerdo sobre la base de que ya hemos renunciado a muchas cosas. Para nosotros son fundamentales algunas competencias de trabajo y de transición energética. A partir de esta base sería cuestión de horas”, detalló Iglesias.

...y calviño mira al pp En Podemos estimaban esta cumbre como “crucial”, pues su expectativa era que tocaba “entrar en materia”. Sin embargo, la confianza en la misma era escasa, sin mucho margen al entendimiento. Para colmo de los morados, el PSOE giraba otra vez su mirada a la derecha por boca de la ministra de Economía y Empresa en funciones, Nadia Calviño, quien insistió en que el PP debería abstenerse para desbloquear la investidura si le interesa realmente la estabilidad económica y social. Si el portavoz del PP en la Cámara Alta, Javier Maroto, le instaba a reclamar a Sánchez que “quiera a España al menos tanto como se quiere a sí mismo” y evite “el bochorno de tener que acudir a una nuevas elecciones generales en tan solo cuatro años”; la dirigente socialista criticaba al PP por no dar “prioridad a la ciudadanía ya que la situación económica sería aún mejor si tuviéramos Gobierno”. Maroto, que debutó como portavoz popular en el Senado, acusó al presidente en funciones de “tener bloqueado el país” y de hacer cálculos electorales “pagándose las precampañas con dinero público”. Entre tanto, es de suponer que, como Iglesias, también Sánchez, que en su día ejerció como profesional de la canasta, se pasara parte de la mañana viendo el baloncesto. Un tiempo muerto.