Donostia - EH Bildu lamenta no haber podido beneficiarse de la caída que Podemos ha protagonizado en la CAV y en Nafarroa en las elecciones del 26 de mayo. La coalición soberanista considera en un documento interno que parte de los apoyos que tenía la sigla morada han ido a parar al PSE y al PSN, no tanto a EH Bildu, mientras que el PNV ha apostado por una estrategia “conservadora” que habría atraído a votantes del PP para convertirse en “el partido del régimen autonómico”. La coalición define como “sucia” la campaña electoral jeltzale “contra EH Bildu, tendremos que tenerla en cuenta en las relaciones formales que tengamos”.

Dos meses después de los comicios generales y un mes después de las citas municipal, foral y europea, la coalición ha facilitado a sus bases un documento de 23 páginas en el que analiza los resultados electorales y la próxima acción política, con las autonómicas vascas previstas para 2020 como telón de fondo. Esta estrategia pasa por poner en valor el “gran resultado” de mayo; perfilarse como “muro de contención del trifachito” (PP, C’s y Vox; más UPN en Nafarroa); condicionar al PNV y a Elkarrekin Podemos en el debate del nuevo estatus de la CAV; reforzar el perfil institucional y social de la coalición; mejorar su estructura interna y también la coordinación con ERC en Madrid, y con las naciones sin Estado.

La coalición resalta el valor de los 350.000 votos cosechados, pese a que “las esperanzas y las expectativas ante importantes resultados hayan generado sentimientos contradictorios”. “Los buenos resultados cuantitativos no han tenido el reflejo institucional que esperábamos”, reconoce el documento, que califica la situación interna como “un desequilibrio emocional y analítico”. “Parece que estamos en un funeral”, sintetiza EH Bildu, que afirma haber quedado lejos de sus objetivos en Gipuzkoa y en Gasteiz. La coalición sitúa además al PSE y al PSN como principales beneficiarios del retroceso de Podemos, con la salvedad de Donostia. Y afirma que “el PNV tiene una gran importancia institucional, porque ha conseguido un muy buen resultado gracias a la transfusión del PP y porque ha ofrecido un mensaje de seguridad frente al riesgo”, analizan, para llamar a sus bases “a tener en cuenta la campaña sucia que (el PNV) ha desarrollado, fomentando el miedo al pasado y con un discurso claramente unionista, para las relaciones formales que tengamos”. Además, pone el énfasis en Gipuzkoa, donde carga contra “esta campaña de mano de los soberanistas (la pelea que no dan dentro de su partido la desarrollan contra EH Bildu con tal de mantener su poder institucional)” y en Gasteiz, “utilizando a (Iñigo) Urkullu para atraer el voto del PP”.

En el plano estatal, el documento subraya la fortaleza del PSOE, estima “consolidado el espacio fáctico del trifachito en el 40% de los votos” y ve tocados a Podemos y a C’s. “Aunque esta ciaboga a corto plazo parezca difícil”, no descarta al partido de Rivera como tabla de salvación de Sánchez “si tiene problemas de gobernabilidad con Podemos o los independentistas”. Al calor de las generales, EH Bildu arroja una reflexión transversal sobre la izquierda española: “La ola del 15-M ha llegado a la orilla”. Por último, no ve capaces a socialistas y morados de “afrontar el modelo territorial desde una bilateralidad real”.

En clave de autogobierno, EH Bildu sopesa la posibilidad de que la entente PNV-PSOE se extienda en los tres territorios de la CAV y en Nafarroa, por lo que aspira a constituirse en una “alternativa general”. “En el ámbito de la soberanía, el proceso de sincronización interna (entre los territorios) ha sufrido un frenazo ante la nueva situación de Navarra”, concluyen. En la CAV, la coalición anunció que presentará su propio texto del nuevo estatus al margen del que redactan los cinco expertos nombrados por el Parlamento Vasco. El objetivo es “condicionar” al PNV, al que intuye “cada vez más conservador en lo nacional”, “sin hacer frente al Estado para no asumir riesgos políticos”. Un escenario que puede llevar a que “un porcentaje del PNV (25%-30%) que está en posiciones claramente soberanistas le genere problemas de estabilidad”. Así, confían en que, además de “interpelar al PNV” y de “condicionar sus tiempos políticos” -haya o no adelanto electoral-, su texto lleve al PSE “a tomar un mayor protagonismo frente al PNV”. Un movimiento que busca un segundo efecto: “Podemos tendrá que alejarse a su vez del PSE y acercarse a EH Bildu, si no quiere terminar siendo la nueva Ezker Batua”.